El proceso electoral Federal próximo para el que todos los partidos se preparan, para Morena significará una dura prueba para mantener su unidad y coherencia política.
En el seno del partido en el poder se congregan muy diversas y hasta contradictorias fuerzas políticas que, alejadas de los principios ideológicos del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, sólo buscan cuotas de poder para beneficio propio y no el de la nación.
El próximo sábado serán elegidos en asambleas distritales los congresistas de Morena, 10 por cada Distrito electoral, de los cuales cinco serán mujeres y cinco hombres para cumplir con la equidad de género, pero el problema no está ahí sino en a qué tribu representarán los elegidos.
Lo sucedido el fin de semana anterior en el que la dirigencia de Morena dio a conocer la lista de los militantes que buscan ser congresistas es reflejo de la turbulencia interna, pues lo publicado fue desconocido horas después para anunciar un nuevo listado también desconocido más tarde, hasta llegar a una tercera propuesta al parecer definitiva.
Poner y/o quitar nombres podría ser menor si estos no representaran corrientes bien conocidas que quieren infiltrarse en la dirigencia morenista para imponer sus criterios.
Quizá por todo ello el presidente López Obrador aseguró en una de sus mañaneras que en Morena no hay dados cargados ni cartas marcadas en la carrera presidencial.
Y quizá puede ser así por parte del Ejecutivo Federal, pero no es de igual forma la actuación de muchos orondos morenistas que ya se agrupan en favor o en contra de algunas de las llamadas corcholatas y que pelean ya un lugar en el congreso nacional de este Órgano Político.
Mario Delgado tiene fuerte trabajo por realizar para mantener la unidad y el rumbo de un partido que no ha logrado estructurarse con fortaleza y que pone en riesgo su futuro si se fractura.
SUSURROS
Muchas son las quejas de cuentahabientes de la banca comercial, en especial de BBVA y HSBC por la vulnerabilidad de las aplicaciones que ponen al servicio de sus clientes.
Movimientos no reconocidos, cuentas vaciadas y sustracción de fondos son frecuentes en ambos bancos sin que asuman responsabilidad alguna ante los desesperados cuentahabientes que sólo observan la disminución de sus saldos en sus estados de cuenta.
Algo tienen que hacer la Condusef y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), para evitar este saqueo por parte de hackers ajenos a estas instituciones bancarias o, peor aún, en contubernio con directivos o empleados de las mismas que aprovechan sus puestos para defraudar al público.
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