Un gran escándalo mediático han logrado imponer los sectores neoliberales, especialmente los dueños del capital, sobre las previsibles reformas constitucionales anunciadas y promovidas por el Gobierno de la 4T.
Parecen olvidar que el resultado electoral del 2 de junio le otorgó a Morena un total de 24 millones 484 mil 943 sufragios. Sus aliados, el Partido Verde y el Partido del Trabajo, consiguieron 5 millones 357 mil 959 y 3 millones 214 mil 708 votos, respectivamente, lo que les da derecho a obtener la mayoría de curules y escaños en el Congreso mexicano.
Los demócratas de la derecha se oponen a la voluntad popular, expresada de manera contundente por la ciudadanía en las urnas. No sólo quisieron llevar a la presidencia a Claudia Sheinbaum, sino también facilitarle el camino para la construcción del llamado “segundo piso” de la Cuarta Transformación. Las reformas, especialmente la del Poder Judicial Federal, no son producto de una sobre-representación, sino de la voluntad popular manifestada por una aplastante mayoría.
Esto es lo realmente democrático: cuando las mayorías se expresan electoralmente y definen el rumbo del país. Tal como quedó claro en estos comicios, en los que se ganó la presidencia de la República, la mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores, siete de los nueve gobiernos de las entidades en disputa, y la gran mayoría de los Congresos estatales y presidencias municipales y alcaldías definidas el 2 de junio pasado.
La verdadera democracia es el respeto al voto y a la voluntad popular expresada en las urnas. Lo demás debe seguir su curso natural, sin presiones como las que ahora ejerce el gran capital en la Bolsa Mexicana de Valores y con la paridad peso-dólar. Veremos hasta dónde quieren llegar.
Susurros
La comunión política e ideológica entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta triunfante Claudia Sheinbaum Pardo será muy difícil de romper, a pesar de los esfuerzos de sus adversarios que anhelan ver una confrontación entre ambos.
El encuentro que ayer tuvieron en Palacio Nacional, culminado con una conferencia de prensa donde sólo estuvo ante los medios la próxima Jefa del Ejecutivo Nacional, es prueba de ello.
No hay sumisión ni subordinación, sino coincidencia en un mismo proyecto que aún no concluye. Falta mucho por hacer, pero sin desviar el rumbo. Podrá haber diferencias en los acentos, pero no deben existir desviaciones.
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