*Código de Ética de Trejo Delarbre en Excélsior
* Desde 1690, Ben Harris Planteó el Derecho de Réplica
La mentira es una torpe debilidad… El periodismo, que Gabriel García Márquez llamó el mejor oficio del mundo, acompañó al narrador colombiano durante toda su vida. La Fundación Gabo, fundada por el también escritor, responde a la pregunta: ¿Qué es la ética periodística? Al señalar que la ética periodística resulta de la ambición del periodista a ser un profesional excelente.
Expertos recuerdan el credo de Benjamín Harris como el documento pionero en materia de ética periodística, aparecido en Boston en 1690. Presenta ya los conceptos de verdad, objetividad y exactitud como cualidades esenciales de la noticia informativa. Condena los falsos rumores y proclama el derecho a rectificar los eventuales errores.
La misma formulación del texto indica que tanto Harris como sus seguidores se comprometían a poner en práctica esos criterios morales, haciendo una especie de profesión de fe voluntaria. Su idea y sus criterios se han venido repitiendo de diversas formas hasta nuestros días, de una manera casi rutinaria.
Al respecto, Manuel Buendía repetía a quienes éramos sus alumnos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, que la importancia de alcanzar y mantener credibilidad como reportero, únicamente se podía dar cuando se asume una actitud de respeto y profesionalismo a la hora de redactar una nota, una columna u otro artículo periodístico.
El reconocido columnista sostenía además que el ejercicio de la Libertad de Expresión debería siempre ir de la mano de esa labor crítica, pero con una responsabilidad plena de ética y profesionalismo, en cada periodista.
Código de Ética
En un Código de Ética que Raúl Trejo Delarbre publicó en octubre de 1994 en el diario Excélsior afirma que: “La libertad no se ejerce sin responsabilidad. Los medios de comunicación, sus propietarios y sus trabajadores, al tener el enorme privilegio de dirigirse con sus mensajes a la sociedad, contraen con ella compromisos y deberes.
“La responsabilidad que tienen con la sociedad obliga a que los medios de comunicación se desempeñen con especial cuidado en sus tareas de informar, entretener, orientar y contribuir a la educación. Tales tareas han de entenderse como servicio, independientemente que para desempeñarlas los medios de comunicación puedan consolidarse, institucional y empresarialmente”.
Y es que la semana pasada se entregaron en la Cámara de Diputados reconocimientos a la trayectoria profesional de mujeres y hombres comunicadores de casi todo el país, quienes no sólo cuentan con una experiencia superior a dos décadas en la actividad periodística, sino que además han destacado en sus medios y localidades por su seriedad y ética para informar a la sociedad.
Al evento efectuado con el respaldo firme del diputado Ignacio Mier Velazco, presidente de la Junta de Coordinación Política, con la presencia de la diputada local independiente Andrea Vicenteño Barrientos y del diputado federal Mario Carrillo Cubillas, arribaron mujeres y hombres dedicados al noble oficio del periodismo.
Hasta el Palacio Legislativo de San Lázaro arribaron casi un centenar de mujeres y hombres dedicados a comunicar en la Ciudad de México y provenientes de Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chihuahua, Chiapas, Coahuila, Durango, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
Desde sus espacios radiofónicos o televisivos, en periódicos, revistas o medios digitales, ellas y ellos hacen lo necesario para mantener informada a la población, a sus audiencias, lectores y seguidores en el creciente uso de las redes sociales; pero todos prestigiados socialmente como personas de respeto y de compromiso con la verdad; sobre todo, con la Ética Periodística.
Para la gran mayoría de las más de 800 personas que han recibido el Reconocimiento a la Trayectoria Profesional en Comunicación otorgado por Comunicadores Por la Unidad en el Senado de la República (2014-2017) y en la sede de la Cámara de Diputados en cuatro ediciones más, se niega o desconoce el compromiso social de informar con la ética profesional.
También los hay que, sin haber recibido una distinción de sus pares, mantienen en alto su respeto a la verdad, la objetividad y la exactitud, como planteaba Benjamín Harris hace más de tres siglos, y hasta admiten como propio ese compromiso de Rectificar, cuando se comete un error de forma involuntaria, o porque la fuente informativa ofreció datos equivocados.
Sin embargo, cuando ahora prácticamente todos los medios destacan contar con códigos de ética, así como de atender y dar espacio a las aclaraciones que presentan quienes pudieran resultar afectados por la difusión de informaciones falsas, no siempre se les atiende como es su compromiso y obligación.
El pasado miércoles 22 de febrero, precisamente en “Excélsior”, el mismo periódico donde el prestigiado articulista, investigador y catedrático universitario Raúl Trejo Delarbre publicó “Un Código de Ética para los Medios Mexicanos”; se difundió una “nota” editorializada, con falacias e imprecisiones.
La, o el reportero, escribió: “Impugnado ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), porque constitucionalmente no puede regresar como senador después de ser gobernador, el morenista Jaime Bonilla es el legislador más faltista desde que el Senado hace públicos los nombres de quienes no asisten al pleno, “con 12 ausencias injustificadas, incluso estuvo a punto de la suspensión por ausentismo”.
De inicio, es un hecho que fue el mismo Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el órgano que reconoció a Jaime Bonilla Valdez su derecho constitucional a volver a ocupar el escaño, para el cual obtuvo el voto mayoritario en julio de 2018, con lo que se descalifica el dicho de quien redactó y sin base jurídica aseguró: “no puede regresar como senador”.
En ese primer párrafo también se afirma que “con 12 ausencias injustificadas, incluso estuvo a punto de la suspensión por ausentismo”. Obvio, a quien realizó la nota le faltó acceder a información fidedigna y confiable del Senado de la República.
Entre otros puntos, se arguye: Jaime Bonilla sumó 21 ausencias en 32 sesiones, de las cuales “sólo justificó nueve”, por lo que el Senado “le descontó 66 mil pesos de su dieta por no justificar su inasistencia en 12 sesiones del pleno en el periodo ordinario que va del 1 de septiembre al 15 de diciembre” (de 2022).
En su “Carta de Aclaración”, el legislador mencionado repuso: Falso de toda falsedad. Como senador, he justificado en tiempo y forma las ausencias, según consta en la documentación respectiva que existe en el área administrativa correspondiente de la H. Cámara de Senadores.
Esa fue la solicitud que el senador Jaime Bonilla Valdez dirigió a los propietarios y editores principales del diario y, aunque pareciera que no ha tenido la atención que requiere el caso, es recomendable y sano esperar a que prevalezca la Ética Periodística y se realice una rectificación, como corresponde. Porque, De quien mucho miente, huye la gente…
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