En la historia de la humanidad se han presentado múltiples casos de artistas, considérese a éstos como escritores, escultores, pintores… que enfocados en su quehacer han logrado reconocimiento mundial, en vida o post mortem.
En menor número tenemos a quiénes incursionaron en diversas facetas y, aun así, lograron el éxito no sólo en una sino en varias actividades; como claro ejemplo está Leonardo Da Vinci quien recorrió desde la pintura hasta la ingeniería y la ciencia.
Sin embargo, no todas las personas han contado con la misma fortuna. Ahí está el caso de William Blake quien, como muchos otros, murió en penuria y no reconocido. Y, aunque actualmente The Guardian lo destaca por ser el mayor artista de Gran Bretaña, es más citado que leído.
¿Quién se ha adentrado a las letras de Blake?
Para muchos será una sorpresa saber que Jim Morrison, vocalista de la famosa banda de rock The Doors, propuso ese nombre para la agrupación por el significado que William Blake da a “las puertas” en su libro “El matrimonio del cielo y el infierno”, del siglo XVIII, en el cual las puertas son elementos que esconden lo que el pensamiento consciente oculta, de ahí el título de la famosa canción Break on through (to the other side).
La influencia de esta obra alcanzó, previamente, a Aldous Huxley quien utilizó este elemento para nombrar a su ensayo The Doors of Perception, y a C. S. Lewis quien tituló uno de sus libros como “El gran divorcio”, haciendo alusión al casi irracional casamiento entre cielo e infierno.
“Si las puertas de la percepción se purificaran, todo aparecería ante el hombre como realmente es: infinito”.
William Blake
El ojo interior
Blake, quien en cierto momento fue recordado como profeta más que como escritor o pintor, durante su vida fue denostado y catalogado como psicótico; sin embargo, en la actualidad hay un término que encaja a la perfección con su excepcionalidad: híper-fantasía. Esta definición fue establecida por el neurocientífico inglés Adam Zeman derivado de estudios recientes durante este siglo XXI.
El boom imaginativo de Blake, se plasma tanto en su obra poética como pictórica, ambas cargadas de simbolismos y visiones fantásticas.
A diferencia de la afantasía, en la cual las personas son incapaces de recrear imágenes en la mente, una de las características de la híper-fantasía es la cantidad de horas que se dedican a permanecer inmersos en sueños e ilusiones que se conjugan con la realidad.
De entre esta explosión visionaria, es como surge la serie de pinturas en acuarela “El gran Dragón Rojo” a principios del siglo XIX, (por cierto, una de ellas: “El gran dragón rojo y la mujer revestida en sol”, de 1805, ilustra esta columna) están basadas en el capítulo 12 del Apocalipsis:
La mujer y el dragón
Luego se vio en el cielo algo muy grande y misterioso: apareció una mujer envuelta en el sol. Tenía la luna debajo de sus pies, y llevaba en la cabeza una corona con doce estrellas. 2 La mujer estaba embarazada y daba gritos de dolor, pues estaba a punto de tener a su hijo.
3 De pronto se vio en el cielo algo también misterioso: apareció un gran dragón rojo, que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza. 4 Ese dragón arrastró con la cola a la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó a la tierra; luego se detuvo frente a la mujer, para comerse a su hijo tan pronto como naciera.
A casi 200 años del deceso de William Blake, su vida se sintetiza en una de sus declaraciones “La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma”.
¿y el Diazepam?
A pesar de haber nacido en 1757, las ideas de Blake continúan vigentes en nuestra época:
- Reprobación de la esclavitud.
- Igualdad de géneros y razas.
- Condena de la castidad.
- Derecho a la mujer.
Así pues, comparto un poema (que en lo personal disfruto bastante), del virtuoso William Blake, escrito en 1794, el cual forma parte de su colección “Canciones de experiencia”.
El tigre
Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué profundidades distantes,
en qué cielos ardió el fuego de tus ojos?
¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?
¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque?
¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?
Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?
Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?