En el contexto actual que se vive en México las brechas sociales continúan acrecentándose, situación que contribuye al incremento de embates entre diferentes sectores de la población. La presencia de un futuro cercano distópico toma fuerza, especialmente derivado de tres puntos básicos e indispensables para toda nación: economía, educación y empleo.
En primer lugar, la acumulación de la riqueza en pocas manos ha sido uno de los principales problemas que ha llevado a la sociedad mexicana a una situación de desigualdad extrema. Con base en la información presentada por el World Inequality Report 2022, México es uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, arrojando que el 10% más rico gana 30 veces más que lo que percibe el 50% de los que menos ingresos tienen. Por otra parte, respecto al patrimonio, el 10% más adinerado acumula el 80% de la riqueza nacional.
Respecto a la educación, según datos de la aplicación de la prueba trienal del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA) 2018, México quedó entre los cinco peores países en los tres ejes de evaluación: matemáticas, ciencias y lectura. Asimismo, sólo el 1% de los estudiantes obtuvo un desempeño en los niveles de competencia más altos en al menos un área, mientras que el 35% de los estudiantes no obtuvo un nivel mínimo de competencia. Lo anterior, aunado a la falta de inversión en infraestructura educativa, escasez de personal calificado, así como la ausencia de políticas públicas efectivas, ha generado un sistema educativo obsoleto y poco eficiente. En resumen, las y los mexicanos egresan de las instituciones educativas poco capacitados para competir en un mercado laboral global cada vez más exigente.
Por último, la falta de oportunidades es otro de los factores que agravan la crisis social en el país. Tan sólo durante el cuarto trimestre de 2022, de acuerdo con el INEGI, la tasa mexicana de desempleo descendió al 3% de la población económicamente activa, lo que implica 3.7% menos que en el 2021. Para diciembre del año pasado, 31.8 millones de personas se ubicó en la informalidad laboral, es decir, su empleador no reconoce su fuente de trabajo y no cuentan con seguridad social ni prestaciones laborales.
Es innegable que bajo este contexto el entorno es proclive al aumento de violencia e inseguridad. La falta de oportunidades alberga una crisis de valores y un clima de tensión que permea en todas las esferas de la vida resultando en el perfecto caldo de cultivo para el caos social. La corrupción, la impunidad y la falta de ética continúa siendo la norma en muchos ámbitos.
Más allá del gobierno que dirija al Estado, resulta indispensable la reflexión individual para generar una conciencia colectiva crítica y participativa que rompa con el círculo vicioso de pobreza y exclusión. Asimismo, es urgente la implementación de políticas públicas orientadas a reducir esta brecha de desigualdad, que promuevan la redistribución de la riqueza, el fortalecimiento del sistema educativo, así como la creación de empleos dignos y bien remunerados.
¿y el Diazepam?
A lo largo de la historia, las crisis sociales se han reflejado también en la literatura. Por mencionar algunos:
- Los miserables de Víctor Hugo: La novela se centra en la historia de Jean Valjean, un hombre pobre y desesperado que roba un pan para alimentar a su familia y es condenado a cadena perpetua. La historia retrata la desigualdad social y la opresión que sufrían los más pobres en la Francia del siglo XIX, así como las consecuencias de la falta de oportunidades y la discriminación social en la vida de las personas.
- Ensayo sobre la ceguera de José Saramago: En esta novela, un extraño brote de ceguera comienza a afectar a la población mundial, lo que lleva a una crisis social y moral sin precedentes. La desigualdad y la falta de solidaridad entre las personas son temas centrales en la historia que muestra cómo la ausencia de valores éticos y la lucha por el poder pueden llevar a la humanidad al borde del abismo.
- La hoguera de las vanidades de Tom Wolfe: La novela es una sátira sobre la vida en Nueva York de los años 80, donde la riqueza y el éxito son las únicas medidas del valor humano. A través de los personajes principales, la historia retrata las diferencias sociales y la falta de empatía entre las personas, así como la obsesión por el dinero y la fama que corrompe las relaciones humanas y destruye la moralidad de la sociedad.
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