Le guste quien le guste y ante una ola de críticas de los medios de comunicación tradicionales, Andrés Manuel López Obrador termina su presidencia de la República con un alto grado de aceptación popular, de 58 a 75 por ciento, de acuerdo con la encuesta que se quiera ver.
Esto marca un hecho sin precedente en los últimos cambios de Presidente del Ejecutivo y deja a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en una posición de privilegio, no sólo por la herencia que recibe, sino también por ser la primera mujer que asume la Primer Magistratura de la República.
El Universal publicó esta semana una encuesta en la que pone a Claudia Sheinbaum con una aceptación popular de 81 por ciento como persona bien preparada, con 74 por ciento como honesta y con 53 por ciento con decisiones independientes a de su antecesor. Los resultados del estudio de Buendía & Márquez, le da una solvencia para gobernar como mejor determine.
Para este primero de octubre, Sheinbaum será la Jefa del ejecutivo, y sobre ella, sólo sobre ella recaerá el futuro del país. Ella lo sabe y a ello responderá. Desde el inicio de su gobierno se determina en su política exterior que su mirada estará puesta en el sur del continente. Si bien estará aquí la esposa de Joe Biden, Jill Biden, el acento de las asistencias de primer nivel a la toma de posesión estará al sur del río Suchiate y a la izquierda del espectro político global.
Atestiguarán la ascensión al poder, los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Chile Gabriel Boric Font; de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego; de Cuba Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez; de Honduras Iris Xiomara Castro Sarmiento; de Libia Mohamed Yunus al Menfi y la República Árabe Saharaui Democrática, Buchraya Hamudi Beyoun, entre otros que definen la inclinación del régimen por iniciar.
No es que los gobiernos de la derecha eludan el apoyo al nuevo régimen nacional, sino que este define su línea sin confrontarse con ninguna otra tendencia, pues se está claro que se seguirá impulsando la inversión foránea, y al capital del sector privado para el desarrollo nacional, la generación de empleos y un mayor equilibrio en la distribución del ingreso.
Visión social con garantías individuales.
SUSURROS
Se aclara, según se dice, que no habrá partido de Estado con la nueva dirigencia de Luisa María Alcalde sobre quien recaerá una devaluada presidencia del partido en el poder por la sombra que le genera Andrés Manuel López Beltrán, hijo de AMLO, y ahora secretario de organización del órgano político más importante del país.
Se ha dicho que no habrá partido de Estado y, por lo que se sabe, Claudia Sheinbaum no lo permitirá. Todos siguen el legado de López Obrador, pero no para todos significa la misma línea. Ya veremos cuál tendencia predomina. La lógica dice que debe ser la de la Presidencia de la República. Veremos.
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