El actual presidente de Ecuador Guillermo Lasso compareció el martes 16 de mayo a la Asamblea Nacional a fin de presentar su defensa en el Juicio Político que enfrentaba por el cargo de Peculado.
La Asamblea continuó sesionando hasta las 9 de la noche quedando aún pendiente más de la mitad de asambleístas que participarían al día siguiente para continuar un procedimiento democrático que llevaría a votación tres días después el sábado 20; sin embargo, durante la madrugada del miércoles el Ecuador amaneció con la noticia de un decreto presidencial que disolvía a la Asamblea Nacional.
El Presidente, basado en el artículo 148 de la Constitución, con el Decreto 741 conocido como la “Muerte cruzada” disuelve la Asamblea. Para poder llevarse a cabo dicha medida, se deben cumplir causales como Conmoción Interna o Grave Crisis política, que según la bancada mayoritaria de la Asamblea consideran que no se cumplen.
La ley señala que se debe convocar nuevamente a elecciones, que se darían entre tres y seis meses. El decreto 741 podría ser impugnado frente a la Corte Constitucional, hasta entonces, la Asamblea está disuelta. La comunidad Indígena está llamando a sus bases para mantenerse en espera y el líder Leónidas Iza en su pronunciamiento no ha incluido aún el salir a las calles.
Un nuevo paro nacional no sería un mecanismo que ayude a mantener la democracia en el país. Al frente se abre un periodo de elecciones adelantadas en las que inclusive el actual presidente podría participar para reelegirse si bien hoy en día queda claro que no tiene el apoyo popular. También se plantea el tan anunciado regreso del Correismo, un movimiento político que se ha mantenido vigente desde la salida del Presidente Rafael Correa.