La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), mediante el Museo del Palacio de Bellas Artes, presentan Ángela Gurría. Señales en el marco del 90 aniversario del principal recinto cultural de México. Esta exposición rinde homenaje a través de una revisión crítica a la destacada trayectoria de una de las escultoras mexicanas más sobresalientes del siglo XX.
Ángela Gurría (1929-2023) nació en la Ciudad de México y se dedicó durante más de seis décadas a la creación artística. Es una de las pioneras en el campo de la escultura y una figura central en la afirmación del lugar de las mujeres en la escultura moderna en México. Su legado, junto al de otras grandes artistas, como Geles Cabrera y Helen Escobedo, es fundamental para comprender, desde la escultura, las transformaciones estéticas e ideológicas de su época y su transición hacia la contemporaneidad.
Se inició en el arte con Germán Cueto, Mario Zamora y Abraham González; colaboró en proyectos con Mathias Goeritz, en la Ruta de la Amistad, y en el grupo de escultores Gucadigose (1975-1976), liderado por Gurría y conformado por Geles Cabrera, Juan Luis Díaz, Goeritz y Sebastián. Además, generó una amistad con Juan O’Gorman, quien realizó un retrato de la escultora que se exhibe en la muestra.
Durante su formación artística tuvo la inquietud de trabajar y experimentar con diferentes materiales, buscando conocer su versatilidad. Fue precursora de una conciencia ecológica que buscó transmitir desde la escultura, por lo que encontró inspiración en la naturaleza para elaborar gran parte de sus piezas, muchas de las cuales realizó en gran formato.
Ángela Gurría. Señales, un homenaje nacional a la escultora
Joshua Sánchez González, curador en jefe del museo y curador de la muestra, señaló que la exposición Ángela Gurría. Señales es un homenaje nacional a la escultora y está conformada por cuatro secciones: Cuerpos, Paisajes, Umbrales y Jardín místico. “Es una exposición en la que si bien, hay algunas coincidencias temporales en torno a cómo la maestra fue transformando su lenguaje y aprovechando distintas estrategias, más bien persigue una búsqueda que tiende a ponderar aspectos más íntimos de la maestra, en el sentido de que hay piezas que no se habían mostrado anteriormente”.
Explicó que es una exposición que responde a la suma de varios esfuerzos institucionales y en el que participaron museos del Inbal, colecciones de diversas instancias y particulares. “La investigación comenzó hace dos años aproximadamente y la realizamos conjuntamente con Emilio Javelly, hijo de la maestra, quien a partir de la COVID-19 organizó de forma amorosa y eficiente su archivo”.
Afirmó que el trabajo artístico de Ángela Gurria se caracteriza por la experimentación y el manejo de distintos tipos de lenguajes y materiales, y que 20% de las piezas de la muestra no habían sido exhibidas públicamente. “A partir de los bocetos que se exhiben se puede ofrecer una visión más amplia del trabajo de Ángela Gurría. En exposiciones anteriores se había destacado la parte de la naturaleza de la maestra y como escultora monumental, pero creemos que la contribución y búsqueda que tiene esta exposición es que permite ver los procesos y como ella pasaba de la forma al espacio, y del espacio a la geometría.
“Algo que nos llamó mucho la atención es que Ángela Gurria era poco conocida, pero su escultura está integrada a la vida cotidiana y queremos que el público vea esta relación entre la bidimensionalidad y la tridimensionalidad en tanto al dibujo; y otro aspecto que también se destaca son los procesos en cuanto a la escultura monumental para lo cual hay algunas maquetas y proyectos poco conocidos, como El corazón mágico de Cutzamala. Homenaje a Tláloc”, puntualizó.
Algunas de sus obras expuestas en la muestra son Espejo del tiempo (1963), que intercambió con Juan O‘Gorman y estuvo un tiempo en la Casa-Cueva del arquitecto, y la enigmática Mariposa nocturna (2002-2003), la cual destaca por ser una pieza en la que la artista tardó más de cinco años en decidir cómo sería su forma. También se presentan dibujos, bocetos y maquetas de sus proyectos públicos, como el Homenaje al trabajador del drenaje profundo (1974-1975) en Tenayuca, Estado de México, que subraya su conciencia social y su aprecio por el trabajo colectivo, destacándose por ser un ensamblaje (o ready-made) que aprovecha objetos de carácter industrial.
Otras esculturas que realizó incluyen: Homenaje a Benito Juárez (1973) en el edificio de Naciones Unidas, Nueva York; El corazón mágico de Cutzamala. Homenaje a Tláloc (1984); Tzompantli (1993) en el Centro Nacional de las Artes, México; Espiral (1994) en Bogotá; Señal (1968), como parte de la Ruta de la Amistad; Juguetes populares (1971-1973) en Paseo Tollocan, Estado de México; Ceiba (1976) para el Hotel Presidente, en la Ciudad de México; Monumento al mestizaje (1973-1974) en Tijuana, entre otras.
En 1967 obtuvo el primer premio en la categoría de Escultura Integrada a la Arquitectura de la Tercera Bienal de Escultura con la obra Puerta Celosía, que se encuentra en la Fábrica de Billetes del Banco de México. Fue la primera mujer en ingresar a la Academia de Artes en 1974, en cuyo discurso inaugural destacó la importancia del arte público. Asimismo, señaló que la escultura y sus formas no se comprenden sin el espacio y que debe estar al alcance de las personas, sin necesidad de buscarla en museos o colecciones privadas. Fue galardonada con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Bellas Artes, en 2013, y la Medalla Bellas Artes en 2015.
La exposición Ángela Gurría. Señales se compone de más de 100 obras producidas por la artista en distintos formatos, dimensiones y materiales, como mármol, piedra, hierro, vidrio y madera, aprovechando sus formas naturales y mostrando respeto y admiración por la naturaleza, así como por el mundo prehispánico. Se incluye material de archivo de distintos autores, bocetos, dibujos y acuarelas de Gurría en más de cinco décadas de trayectoria artística, además de piezas de colecciones públicas y privadas, que reúnen fotografías, partituras y audios obtenidos en archivos, para conocer el contexto de elaboración de las piezas.
La curaduría de la muestra, a cargo de Joshua Sánchez, propone un recorrido a través de cuatro ejes: Cuerpos, Paisajes, Umbrales y El jardín místico. El objetivo es centrar la atención en el proceso creativo de la artista y la dimensión experimental de sus propuestas. Los cuerpos femeninos, la conceptualización del paisaje, el entendimiento y la apropiación del espacio público desde la escultura, las colaboraciones que tuvo y el interés en el mundo natural y espiritual son algunos aspectos abordados en la muestra, además de las preocupaciones ecológicas y filosóficas plasmadas en Gurría.
Ángela Gurría. Señales estará abierta al público del 12 de septiembre de 2024 al 12 de enero de 2025 en las salas Nacional y Diego Rivera, de martes a domingo, en horario de 10:00 a 18:00 h. Esta muestra estará acompañada por un catálogo que reúne cuatro aproximaciones a la obra de la escultora por destacados expertos y expertas. Agradecemos a la Fundación Jenkins por su apoyo para lograr esta importante publicación que contribuye de manera destacada a la historiografía, hasta ahora escasa, sobre la artista.
Se ofrecerá un programa de visitas guiadas y un conjunto de actividades paralelas para enriquecer la experiencia de visita del público. La información estará disponible en las redes sociales del recinto del Inbal: Facebook: Museo del Palacio de Bellas Artes; Instagram, Threads, Twitter y TikTok: @mbellasartes; y en la página museopalaciodebellasartes.inba.gob.mx.