En las últimas semanas se le ha criticado acremente al presidente Andrés Manuel López Obrador por “hacer uso de la fuerza del Estado en un intento de destruir políticamente a Xóchitl Gálvez”.
Se le ha acusado de “aprovechar” la información que el gobierno tiene, que si bien puede ser de interés público, se dice, “no se debe aprovechar para fines políticos, porque si de esos datos se evidenciara corrupción u otro tipo de irregularidades, se debe proceder legalmente y no sólo acusar”.
Interesante escuchar, leer no sólo declaraciones de políticos del PRIANRD, también de una larga, larga lista de articulistas y columnistas que consideran que el presidente “abusa de su poder contra una mujer recta, exitosa, que viene del pueblo”, afirma la “porra” de la senadora panista.
Estos son los mismos que durante muchos años callaron cuando desde el poder del Estado, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, arremetieron contra López Obrador. “López Obrador, un peligro para México”, repetían.
A los reporteros, desde las áreas de Comunicación social, se les pedía publicar rosarios de descalificativos contra “El Peje” con la consabida frase: “¡Ahí como cosa tuya”! Claro, la “petición” iba acompaña del apoyo correspondiente.
Sí, no está bien que se use el poder del Estado para golpear políticamente. Sí, no es sano para la democracia pero, ¿por qué en el pasado no exigieron lo mismo a los gobiernos priistas y panistas?
Reclaman al presidente por descalificar a Xóchitl, pero son los mismos que idearon Operación Berlín”, “Pejelikes, y cientos y cientos de artículos, ensayos y libros: Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y muchos más, fueron las “plumas intelectuales que estuvieron atrás con el sustento financiero, por ejemplo del Consejo Mexicano de Negocios.
El presidente ya se dio por notificado de las medidas cautelares para que evite pronunciarse sobre el proceso electoral de 2024. López Obrador no necesita “exhibir” a Xóchitl, tan sencillo que ahí tiene a Vicente Fox para desinflara, para saber quiénes están detrás de ella, y qué pretenden cuando amenazan con regresar.
Para conocer el talante de la mujer del huipil y de su grupo, tan sencillo que la historia propia de ella la exhibe de cuerpo entero, como al mismo Frente por México (FAM) que carga un tonelaje de desprestigios sumados en el PRIANRD.
Si, tan sencillo como que José Ángel Gurría Ordoñez, un neoliberal identificado, es el encargado de redactar el plan de gobierno del FAM, cuyo script principal, hablará de dar vuelta al pasado, al modelo económico y político que la mayoría de los mexicanos repudió en el 2018.
Tan sencillo como que quienes inicialmente iban a formar parte del Comité Organizador encargado del proceso para elegir al o la candidata del FAM, renunciaron a formar parte de éste, porque se dieron cuenta que ya estaba decidido quién iba a ser “la buena”; Xóchitl, pues.
Tan sencillo como que Xóchitl ha destacado, sí, pero por mitómana. Sus propios familiares la han acusado de falsaria. Juan Gálvez, su primo hermano, desmintió que haya sido muy pobre; que no tenía qué comer; que dormía en un petate, que era maltratada por su propio padre, o de que iba a la escuela a dos pueblos más lejos que el suyo. Un mito que lo supo vender bien.
Tan sencillo que el propio Movimiento Nacional Indígena (MNI), ha señalado que es probable que sus raíces sean indígenas y que por sus venas corra sangre indígena; pero la acusan de no asumirse como tal, aunque se vista con huipil y su discurso sea indigenista. Han recordado que como funcionaria en el gobierno de Vicente “Vox”, se negó a cumplir con los Acuerdos de San Andrés Larráinzar.
Sí, esto no lo necesita decir AMLO, Tan sencillo que en el MNI la llaman “La Trepadora”, porque siempre se ha montado en las propuestas de las organizaciones indígenas, y las presume como suyas.
Porque nunca ha dado la cara por los pueblos indígenas como cuando, en los gobiernos de “Vox” y Calderón, fueron despojaron de sus tierras para entregárselas a las mineras nacionales y canadienses.
Sí, que no lo diga el presidente. Tan sencillo que quienes militaron en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), sabían quiénes militaban, porque eran células muy cerradas. Nunca supieron de ella. Ni Xóchitl llegó a saber qué significaba la Cuarta Internacional.
Tan sencillo que no pasa la “prueba del engrudo”, porque nunca supo prepararlo para pegar aquellos carteles de “Rosario Ibarra para”, aunque sí, gracias a su Pericope, sabemos con quién se juntaba, a qué fiestas acudía y a qué intereses responde.
Tan sencillo que hoy ha salido a la luz que, gracias a sus capacidades, destrezas, relaciones políticas y lenguaje florido, ha podido hacer grandes negocios, y que eso del “conflicto de interés”, tan sencillo que “le vale madres”, y si le reclaman, los manda mucho a “CHAM”.
Tan sencillo que el cuento de La Cenicienta, escrito en 1628, se lo “birló” a Charles Perrault; el de una mujer de abajo, pobre, indígena, aspiracionista, de la “cultura del esfuerzo”, que nadie se lo cree; tampoco eso de que encarna a la misma virgen de Guadalupe como difundió en sus redes la escritora Guadalupe Loaeza: “Apareciste, como la Virgen de Guadalupe, cuando más te necesitábamos”.
Tan sencillo que recurren a las encuestas “cuchareadas” para generar la narrativa aquella que dice: “el que alcanza gana” o a la propaganda chafa: “El fenómeno Xóchitl se acerca a Claudia”; “Xóchitl arrasa en las encuestas y ya le pelea a Sheinbaum”. “¡Chale!, ¡chale!”, “¡no maaaa”!, ha de decir ella.
Tan sencillo que no les va a ser tan sencillo convencer a todos esos “chairos”, ignorantes”, “burros”, “autómatas”, “huevones”, “parásitos”, para que voten por los mismos que los ningunearon por “indios patas rejadas”.
¿En verdad piensan que en 2024 esos “buenos para nada”, “huevones” van a votar por Xóchitl y el FAM? ¿Tan sencillo qué eso?
*Que no le cuenten…*
Desde que se abrió la plataforma del Frente Amplio por México para que sus aspirantes presidenciales suban 150 mil firmas de sus simpatizantes (requisito), el sitio ha fallado constantemente. Marko, el gris, Cortés, dice que la “caída” del sistema, es por una “alta demanda”.
¿Será que en verdad no funciona? O ¿será que ninguno de los aspirantes, ni Xóchitl, han podido motivar ni a sus simpatizantes a inscribirse para apoyarlos?
¿Será que son muy pocos los que se han sumado, que no hay interés de sus partidarios, y que por ello es mejor asegurar que la plataforma no funciona, a pesar de todas las críticas que pueda haber?
Echarle la culpa al técnico, claro, les sale más barato.