Sagrados nacimientos
Maravillosos bebés
De la parte trasera de mi casa veo a las monjas que viven en un edificio de ladrillo,
Cerca de la iglesia y la escuela primaria de San Estanislao.
Ellas y yo nos levantamos antes del alba.
A través de la cortina de la cocina, entre la niebla matinal,
Las veo caminar como sombras con sus hábitos azules.
Se deslizan en zapatos blancos a través del estacionamiento.
Imperturbables, sosegadas, vigorosas.
Uno de estos días iré a visitarlas
Y les pediré que me enseñen a rezar.
Porque lo cierto es que…he empezado a rezar.
No una oración como ¡Oh, Dios Todopoderoso!
Sino más bien pensamientos sencillos y calmos.
Rezo cuando se me acaba la paciencia.
Cuando me duele la espalda.
Cuando me canso de escuchar mi propia voz.
Rezo cuando mi corazón se siente cargado con las historias y los rostros de las mujeres.
Rezo por el bebé de 32 semanas.
Por la mujer de los gemelos pequeños y llorones.
Por la mujer que no tiene una madre, un amor o un amigo.
Rezo cuando mis manos frías tocan un vientre
Y siento una patada desde su interior.
Rezo por todos mis bebés, Sed buenos con vuestras madres.
Rezo por todas mis madres, Sed fuertes y buenas con vuestros niños.
Rezo en secreto, lentamente.
Rezo por nosotras, las parteras, y por aquellas que pronto lo serán.
Para que podamos tomar las decisiones correctas.
Y rezo por aquellas de nosotras que hemos tomado decisiones equivocadas.
Decisiones que lamentamos, con consecuencias que no podemos modificar.
Rezo para que se nos conceda aprender de nuestros errores,
Y que los años traigan sabiduría.
Rezo total y profundamente.
Por todas las manos y todos los vientres.
Rezo por los sagrados partos y los maravillosos bebés.
Dana Quearly
Partería Profesional de Varney
618.4
V318
2006
4 ed.