Rama de Tayos
Mientras el agua dice vámonos
la piedra dice quedémonos
y la espuma dice bailemos.
Taita Juan Chiles
Empiezo el día con un café cargado y mirando al cielo. Recién fue solsticio de verano, fecha en que se celebra el Inti Raymi, la Fiesta del Sol. La influencia de las estrellas en la vida de los hombres se manifiesta especialmente en fechas como esta. Puedo sentir cómo empieza a revelarse para mí en esta celebración una posible clave para interpretar el misterio de la búsqueda de identidad de nuestra nación, pero, justo en ese instante mi teléfono celular me interrumpe con un correo electrónico donde, los poderosos e incomprensibles buscadores cibernéticos, me invitan a adquirir un departamento en una zona lujosa. Y mientras apenas me estoy preguntando ¿cómo tienen mi correo electrónico? Los algoritmos se entrecruzan y llega un Tiktok que dice: Amor prohibido. Tiktok, Tiktok, Tiktok… ¿en qué estaba caraju?
Vuelvo a pensar en las estrellas. Pero ahora, se me ocurre que el cielo también está colmado de satélites artificiales, y que no son las estrellas sino estos los que, en efecto, pretenden controlar nuestros destinos. ¿Cómo así? Ubicación, telecomunicaciones, manejándonos a control remoto por nuestros teléfonos celulares con emociones que provocan como resultado: miedo y consumo. Por cierto, encuentro que Ecuador también tiene presencia en el espacio con satélites son: Pegaso y Krysaor. Se pretendieron como una iniciativa para democratizar el infinito para todos los ecuatorianos, permitiendo una visualización del espacio transmitida en tiempo real, que serviría además para mostrar el avance tecnológico nacional. Así que busco con entusiasmo la dirección electrónica para ver el espacio desde ahí y replantear mi perspectiva de la Fiesta del Sol. Sorpresa. En la página de la Agencia Espacial Civil Ecuatoriana se explica que Pegasus transmitió sólo 7 días debido a que sufrió una anomalía. Y no se pueden ver en la página esos videos porque señala: error de conexión. Mmmm… ¿Sabes? Me dueles Ecuador.
Este año quise ir a alguna comunidad para estar de cerca en la celebración del Inti Raymi pero coincidió justamente con el Paro Nacional. Uno de los campamentos indígenas instalados en las universidades, durante su estancia en Quito, transmitió el festejo. Lo pude seguir, virtual e irónicamente, gracias a mi teléfono celular. Busco más información sobre las formas populares indígenas y mestizas de celebrar al sol en Inti Raymi y fiestas de San Pedro. Encuentro un artículo del 2001 donde se habla de las tradicionales “tomas de las plazas” o Hatun Puncha en las que con frecuencia hay heridos y hasta muertos en algunas localidades muy cercanas a Quito. Esto es muy significativo, porque la exploración del tema propone no sólo una lectura desde una perspectiva rural, sino que se habla inclusive de la “toma de la ciudad” como una forma de apropiación ritual. Pero mientras los ecuatorianos luchamos entre volver al pasado o llegar al presente, extranjeros terminan apreciando más el valor cultural del país.
Un visitante del espacio exterior llegó en 1976 a Ecuador. Era Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, ahora como parte de una expedición para explorar la Cueva de los Tayos. En torno a ese sitio, descubierto justo el mismo año que el alunizaje en 1969, hay muchas leyendas modernas que incluyen civilizaciones ancestrales, tesoros e inclusive, seres espaciales. Así que el hecho de que un astronauta visitara dicho sitio hace sin duda volar la imaginación. Esa expedición no entregó ningún informe y guardó completo silencio sobre su visita, lo que alimenta aún más todo tipo de especulaciones. Pero aunque fue una más de las muchas expediciones importantes de esa Cueva, se tiende a perder de vista el punto de partida, parafraseando, no es que se pierde el norte, sino que se pierde el Ecuador.
Actualmente se especula, o más bien se fantasea, con que el origen del hombre está en visitantes espaciales, antes que en las tradiciones y los propios ancestros. Esta es sólo parte de la mitología actual de algunos. Sin una cierta resistencia terminamos por creer lo que nos hacen creer. Recuerdo a un científico que explicaba que, tecnológicamente, el celular en el que lees esto es más avanzado que el Apollo 11. Y pienso, después de todo es verdad ¿no fue gracias a un celular en las manos de un indígena que pude estar en la ceremonia del Inti Raymi desde la Universidad Central?
Ernesto Zavala
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Notas:
Rama de Gallos, ceremonia que acompaña a algunas celebraciones del Inti Raymi que consiste en llevar una rama sostenida por dos bailarines, de la que cuelgan preferentemente doce gallos.
Tayo o guácharo (Steatornis caripensis) ave que da nombre a la Cueva de los Tayos.
Ilustración cartel de festejo del Inti Raymi en la Universidad Central 2022 (Fragmento)