Que no le digan…
La pobreza, un desafío profundo
Aun en invierno, el sol cae a plomo, quema, sofoca, cala; 33 grados centígrados marca el termómetro. La población está hecha a este tipo de clima. Caminan entre la tierra. Sus pies los “cubre” con unas sandalias, unos huaraches ya gastados por el tiempo. Hacen cola. El Tianguis del Bienestar había llegado a su comunidad.
Tras los destrozos que había ocasionado el huracán Otis, este programa que encabeza Rosa Icela Rodríguez, secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana había, entregado en diciembre pasado, cerca de 250 mil bienes: ropa, zapatos, enseres, mobiliario, herramientas, insumos, equipos médicos. Esta vez, aparte de todo esto, tablones de madera. (2:40 X 1:20).
“Es un alivio. Nos va a ayudar para hacernos una casita a quienes sólo nos cubrimos después del huracán con unas cuantas láminas y cortinas”, escuché decir a una jovencita que estaba formada con varias decenas de personas que esperaban les entregaran, 30, 40 50 o 60 láminas de madera. Más de 560 toneladas para esa comunidad acapulqueña que vive a 30 minutos del puerto.
La pobreza en México es ancestral, endémica. Su tamaño es tan enorme como el volumen mismo del territorio nacional, y a pesar de que el gobierno de la 4T ha implementado varios programas y tipos de apoyos a la población, aún falta mucho por hacer, pero hay avances.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en su informe de medición de la pobreza de 2022 arrojó que este rubro disminuyó de 43.9% a 36.3%.
Y aunque hay diferencias entre instituciones y académicos que analizan la necesidad, de una u otra manera, “todos los expertos en pobreza coincidimos en que iba a bajar de forma significativa, ha señalado Miguel Calderón Chelius, académico de la IBERO Puebla y encargado del Observatorio de Salarios de la misma Universidad.
Efectivamente, combatirla, sigue “siendo un desafío complejo y multifacético que requiere soluciones integrales”; ir, pues, no sólo a “las causas materiales de la pobreza, como la falta de acceso a servicios básicos, sino también incorporar dimensiones espirituales y culturales en el proceso de desarrollo”, señala un estudio de la Universidad de Anáhuac: “Abordando la pobreza en México: un desafío multidimensional y profundo”.
Xóchitl Gálvez ha dicho que está de acuerdo con los programas sociales del presidente López Obrador, pero al mismo tiempo recurre, tramposamente, como lo han hecho los panistas, al proverbio chino que dice: “regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día; enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”; esto, para justificar de alguna manera la “inconveniencia” de estos programas, ya que consideran que “no generan plusvalía”.
Se dice que es importante enseñarles a pescar, pero este argumento es falso cuando nuestra población lo sabe hacer, sabe ocuparse. Es sólo cuestión de recorrer todo el país para darnos cuenta de que la mexicana es una población trabajadora reconocida a nivel mundial; no hay que olvidar, y poner en contexto que históricamente, el hacendado, el cacique, el patrón, el empresario, la han explotado, la han robado.
Tramposamente, se olvida que las tierras y recursos naturales originarias, le pertenecían a las comunidades indígenas; les fueron arrebatadas desde cuando la colonización española, la revolución, pero también, y aún tal vez peor, por el llamado México moderno, quitándoles su “capacidad para satisfacer sus necesidades básicas y han contribuido a la perpetuación de la pobreza”.
Los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN recurrieron al “sofisma del goteo”, y es que entienden que “el Estado puede incumplir con sus obligaciones sociales, pero no puede dejar de transferir recursos públicos al sistema financiero”.
Critican que a los pobres se les beneficie, pero callaron cuando fueron favorecidos con la exención de miles y miles de millones de pesos en el pago de impuestos. Había que enseñarlos que deben aprender a pagar sus contribuciones.
Cuando se recorre la geografía nacional por sus poblaciones más necesitadas y se observa que aún hay insuficiencias estructurales; carencias, hambre de mujeres, hombres, niñas, niños, personas de la tercera edad, se entiende el porqué de los programas de Bienestar o el mismo Tianguis del Bienestar.
La semana que terminó pude atestiguar en varias poblaciones del municipio de Acapulco lo que representa para la gente verdaderamente necesitada, lo que se les entrega en el Tianguis del Bienestar, pero también saber que nuestra población es agradecida, que te acerca una botella de agua o te lleva un taco, pero que espera que “ojalá esto continúe con la persona que llegue a la presidencia del país”.
Que no le cuenten…
Más que dedicados a ofrecer un proyecto de gobierno, laoposición están construyendo una narrativa para justificar su derrota. Hablan de que habrá una elección de Estado, y es que todas las encuestas dicen con toda claridad que van a perder.