Que no le digan…
“La nota, es la nota”, decimos quienes somos reporteros, y por eso la declaración del jueves del embajador de EU en México, Ken Salazar, por su trascendencia: “…creo que la elección directa de los jueces representa un riesgo para el funcionamiento de la democracia en México”, merecía “la de ocho columnas”
Una declaración de este talante hecha por un embajador del país vecino tenía muchos años que no se conocía, al menos públicamente, por ello, era evidente que los medios de comunicación destacaran dicha declaración como su nota principal.
El presidente Andrés Manuel López Obrador no vio bien que los medios la presentaran como tal. No coincido. La declaración, insisto, de por quien venía y su significado en este momento político, merecía ser destacada como ocurrió.
Sin embargo, era necesario, meterse a las páginas de los diarios y de los medios electrónicos para observar los “silencios” que guardaron los medios y “analistas”, sobre la acción de Salazar.
La historia de las relaciones entre ambos países nos recuerda cuál ha sido el papel de los representantes diplomáticos de EU en suelo nacional. Tan sólo habrá que hacer memoria el “nefasto” papel que jugó el embajador, Henry Lane Wilson, durante la presidencia de Francisco Madero; aquel apoyó el golpe militar en contra del gobierno maderista y su complicidad en los asesinatos del mandatario y del vicepresidente José María Pino Suárez.
Las acciones injerencistas de los embajadores estadunidenses han sido muchas y han dañado a nuestro país.
Esta vez Ken Salazar ha hecho lo propio. Ha metido la enorme nariz del “Tío Sam” en asunto que sólo corresponde dirimir a los mexicanos, por ello, de inmediato el gobierno, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores le respondió: “representa una acción inaceptable de injerencia, (que) contraviene la soberanía de los Estados Unidos Mexicanos”.
En una revisión de las opiniones que al respecto se expresaron en los espacios de varios diarios de los llamados nacionales, articulistas y columnistas hicieron suyas las advertencias del embajador, de que la reforma al poder judicial será “contraproducente y dañará loa relación en muchos ámbitos, incluyendo el T-MEC.
Habría que recordar que cuando el subsecretario de Estado para el hemisferio occidental, Brian Nichols, se refirió a que en México debería haber una “transparencia judicial”, Ken Salazar buscó atemperar la intrusión del funcionario del gobierno de Joe Biden.
Sin embargo, seguramente atendiendo instrucciones de su gobierno, amagó, en conferencia de prensa, al gobierno mexicano con su advertencia.
Columnistas, articulistas replicaron la amonestación, por decirlo con suavidad, pero a manera de “lamentar”, el que, si se aprueba la reforma judicial, la relación comercial entre ambos países, incluyendo Canadá, saldrá seriamente afectada.
En sus textos se percibe su posición conservadora que, como en el pasado, cuando los embajadores se entrometían, aquella prensa apoyaba abiertamente dichos actos. Hoy no ven mal que el embajador meta la nariz en asuntos internos de México.
Se suman al representante diplomático cuando afirman: “Don Ken ha sido muy cuidadoso en sus palabras durante su estancia en México (…), ahora se rebeló”. Califican: “el manotazo de EU”, como si fuera un regaño, o pretenden equiparar que el llamado del embajador va en el mismo sentido que el reclamo de los empresarios mexicanos, de bancos, agencias calificadoras, es decir que la advertencia del gobierno gringo es razonable.
Sólo unos cuantos se atrevieron a escribir y lamentar que el posicionamiento de Salazar es una “amenaza injerencista”, o que “se trata de una intromisión que violenta nuestra soberanía”.
Desde luego que no son inocentes los textos que hablan de los “peligros” que para el país representaría aprobar una reforma judicial o que durante la conferencia ningún reportero se le ocurrió cuestionar a Ken Salazar del por qué de su intromisión.
Que no le cuenten…
El Consejo General del @INEMexico aprobó, con 8 votos a favor y 3 en contra, el proyecto por el que se declara la validez de la elección de diputaciones por el principio de representación proporcional. Ya estaremos escuchando por parte de panistas y priístas de la Marea Rosa: ¡INE no se defiende!