Que no le digan…
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) se fundó el 5 de mayo de 1989.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, junto con otros históricos de la izquierda mexicana como como Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Gilberto Rincón Gallardo, Eduardo Valle, Alejandro Encinas y muchos, muchos líderes sociales, dieron vida al partido del Sol Azteca.
Cuauhtémoc, Porfirio, Ifigenia, salieron del PRI; reclamaban que la elección del candidato presidencial de este partido en 1988, debería de ser electo democráticamente. No fue así. Cárdenas Solórzano fue el candidato presidencial de aquella de coalición de los ex priistas, de militantes del Partido Mexicano Socialista (PMS) que se había fundado en marzo de 1987, y que conformaron el Frente Democrático Nacional (FDN).
En aquel 1988, Cárdenas Solórzano fue el candidato Presidencial, pero fue víctima de uno de los más grandes fraudes electorales de la historia de nuestro país que llevó a Carlos Salinas a la presidencia. Fue cuando al secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, se le “calló” el sistema de cómputo, para hacer ganar a Salinas. Cercana la media noche del 6 de julio, día de la elección, el conteo de votos favorecía a Cuauhtémoc Cárdenas.
Durante todo el gobierno de Carlos Salinas y su aliado, el PAN, el gobierno priístas arremetió contra el PRD y sus militantes que acusaban al presidente como ilegítimo. Más de 500 militantes del PRD fueron asesinados.
Después, habrían de venir varios triunfos: en 1997, Cárdenas en la Ciudad de México; en 1998, Ricardo Monreal en Zacatecas; ese mismo año, el PRD ganó Tlaxcala y en 1999, Baja California con Leonel Cota Montaño. En el 2000; Cárdenas pierde la Presidencia de la República; en 2001, el hijo de Cuauhtémoc, Lázaro Cárdenas Batel, triunfa en Michoacán y en 2004, Amalia García Medina se levanta con la victoria en Zacatecas.
Entre 1996 y 1999, Andrés Manuel López Obrador, presidió al PRD. Fue una etapa en el que este partido se levantó con varios triunfos en todos los niveles de gobierno, y tuvo una importante presencia en las dos cámaras del Congreso de la Unión, incluso en la Ciudad de México, capital que se identificaba como de izquierda. Fue cuando López Obrador ganó la Jefatura de Gobierno de capital del país, de diciembre de 2000 a julio de 2005.
López Obrador fue víctima, en 1994, con la complacencia del PAN, de un fraude electoral en su natal Tabasco. Su reclamo, lo externó durante el “Éxodo por la Democracia”; una marcha pacífica a la capital del país. “El Peje” se convirtió en un ícono de la lucha social. En 2012 y 2018, en ambas elecciones presidenciales, denunció fraude en su contra.
El PRD se construyó con diversas fuerzas políticas, organizaciones sociales, liderazgos que luego se conformaron en las llamadas “corrientes internas”: Nueva Izquierda (NI), Izquierda Democrática Nacional (IDN), Alternativa Democrática Nacional (ADN), Foro Nuevo Sol (FNS), Patria Digna (PD), Movimiento Progresista (MP) y la Red de Izquierda Revolucionaria (Redir), de un militante de izquierda de toda la vida, Camilo Valenzuela, que poco a poco se fueron apropiando del PRD.
El PRD llegó a su 25 aniversario en el 2014 en medio de una fuerte pugna entre las “corrientes” por alcanzar la dirigencia nacional. En el teatro de la Ciudad, Cuauhtémoc Cárdenas, en su calidad de “líder Moral”, afirmó: ‘‘El PRD ha caído en la distorsionante práctica de tomar sus grandes decisiones por cuotas y por pesos relativos… El debate de ideas no es una práctica cotidiana y los principios frecuentemente se hacen a un lado para privilegiar alianzas electorales con quienes piensan y actúan en contra de los postulados del PRD’’.
Y vaticinó: ‘‘soplan vientos de fractura’’. “Si la división se consumara, a mediano plazo, el PRD sería un partido en declive, en achicamiento, con escasas posibilidades para los comicios de 2015 y 2018”.
Para el 2012, se acusaba a las “corrientes” de llevar al partido a una “guerra interna”. Los enfrentamientos entre los liderazgos de esas “corrientes” eran sin cuartel, fratricida.
El acercamiento de la dirección nacional del PRD que presidía Jesús Zambrano con el nuevo presidente, Enrique Peña Nieto, fue como un balazo en el cuerpo del partido. Zambrano había sido uno de los firmantes del Pacto por México, acuerdo que se llegó a asegurar, fue idea original de Jesús Ortega. Fue entonces que Andrés Manuel López Obrador anunció su salida del partido en el que había militado durante 23 años, y que presidió del 2 de agosto de 1996, al 10 de abril de 1999.
El 9 de septiembre de 2012, ante miles de simpatizantes congregados en el Zócalo de la Ciudad de México, AMLO, anunció su salida del PRD y la constitución del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Con aquel anuncio, la inmensa mayoría de la militancia perredista y simpatizantes, habrían de abandonar las filas del PRD.
Sin embargo, algunos dirigentes de las “corrientes”, continuaron por un tiempo corto en el PRD, como fue el caso de la IDN de René Bejarano y Dolores Padierna. Aguantaron hasta lo último con la esperanza de “salvar” al PRD de la “corrupción” que prevalecía en su dirigencia. La mayoría de la militancia de “abajo”, terminó por afiliarse a la nueva esperanza de México.
Los Chuchos se quedaron con el PRD, se convirtieron en los “propietarios” de una franquicia política que tenía su origen en el Partido Comunista Mexicano (PCM) que poco a poco, como había vaticinado Cárdenas, era ya “un partido en declive, en achicamiento”; pero más aún, aliado de quienes habían sido sus verdugos: El PRI y el PAN.
Para el 22 de diciembre de 2020, el PRD pasa a formar parte de la Alianza “Va por México”; se acusa a su dirigencia de tener como su patrón a Claudio X González. “A mí no me manda nadie” contesta Jesús Zambrano cuando el periodista, Álvaro Delgado le lanza ese puyazo. “A mí nadie me da línea”, responde indignado.
El PRD era el “patito feo” de la coalición; se le hizo a un lado en la selección de los candidatos a las gubernaturas de Coahuila y Estado de México: Zambrano sólo atinaba a declarar su desacuerdo con el pacto que el PAN y el PRI habían tomado para repartirse el pastel en aquellos dos estados.
El pasado miércoles, se dieron a conocer que sólo eran 4 los candidatos del FAM, o lo que es lo mismo, de Va por México, del que forma parte el PRD, y que éstos son Enrique de la Madrid y Beatriz Paredes por el PRI y Xóchitl Gálvez y Santiago Creel por el PAN.
En tanto, el comité organizador del FAM les informó a los perredistas, Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles, que no habían calificado a la siguiente etapa del proceso interno.
Ambos se inconformaron. Mancera dijo en su red social “X”: “Desconozco en qué esfera de poder se tomó la decisión”; mientras Aureoles convocó a una asamblea “urgente” en Michoacán y Jesús Zambrano sentenció, lo que seguramente “cimbró” y hasta “preocupó” al FAM: “No vamos a aceptar exclusiones políticas indebidas de nadie”, y anunció una “pausa” de su alianza con la derecha, su nueva afiliación, pues meses atrás Zambrano había anunciado que el perfil del PRD ya no era de izquierda.
Poco tardó la “rebelión” perredista. Jesús Ortega Martínez, el líder “inmoral” del PRD, como lo llaman algunos, escribió: “Habiéndose dado el dictamen del comité organizador del Frente Amplio por México, sobre cuáles de las/los aspirantes cumplieron con el requisito de las firmas, entonces pasamos a la segunda etapa y con la misma convicción y determinación, opino que hay que seguir apoyando a @XochitlGalvez”.
En unos días, nos habremos de enterar que van regresan a ver qué les toca. Poco les importa el desdén, el despreció, el feo, la descortesía de la derecha priísta y panista; el fuchi, pues, a lo que queda del PRD.
Que no le cuenten…
Busco a mi amigo (aún) perredista (que no puede ver a AMLO) y le pregunto: “¿Cómo ves”?, y sabiendo a qué me refería; me contestó: “¿Qué te digo?, sí ya sé, es una vergüenza, se los… tiiiiiiii). Lo que sí creo es que mucha de la militancia de abajo va a votar por Morena, chance y hasta yo”.