Que no le digan…
Interesante ha sido el debate que en las últimas semanas se han generado en torno a Clara Brugada y a Omar García Harfuch. La discusión se ha estado dando, de manera destacada, al interior de Morena, en sectores identificados con la izquierda; entre la clase media y en diversos medios de comunicación.
Ojalá un debate parecido se dé cuando el Frente Amplio por México (FAM) exponga públicamente a quienes podrían representar a esta alianza en las elecciones por la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México en el 2024. El panismo será el que decida quién será la o el candidato del frente, por lo que se ve, se dé una discusión como la que se está dando en la izquierda.
Interesante digo, porque la candidatura de estos dos personajes, junto con la de Hugo López Gatell y la de Mariana Boy, ha concitado, de manera particular, una serie de posiciones a favor y en contra del secretario con licencia de la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México y de la alcaldesa, también con licencia, de Iztapalapa.
En esto días hemos asistido a un debate inédito al interior de Morena que no lo hubo tan intenso alrededor de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard por la candidatura presidencial, pero que sí lo hay entre una mujer claramente definida como de izquierda con excelentes resultados en Iztapalapa, y que alrededor de ella se ha querido generar una narrativa tramposa como cuando AMLO, de que “es un peligro” por ser de izquierda, y el “policía exitoso” en la CDMX que no ha podido explicar, a ciencia cierta, qué significa y qué representa para él ser de izquierda.
Insisto, no recuerdo que en la elección de la o el candidato de la izquierda, se haya dado un debate tan profundo y abierto como al que estamos asistiendo públicamente antes de definirse, a través de una encuesta abierta a la sociedad.
Ya lo decía, con ahínco, este debate se ha dado al interior de Morena, pero también entre intelectuales, periodistas, académicos, escritores que han llevado el tema a sus espacios de opinión.
Por ejemplo, Fabrizio Mejía, escritor y periodista, plenamente identificado de izquierda, en su colaboración más reciente para el portal “SinEmbargo”, concluyó: “El o la que llegue a la candidatura tiene que representar a ese movimiento que es obradorista, pero también solidario, estudiantil y urbano-popular. No puede ser que alguien a quien los medios anti-obradoristas llaman ´sexi´, ´Batman´, o ´Guapo´, el que nos represente, (pues) sería como perder todo lo hecho por ganar un simple cargo de autoridad”.
Efectivamente, al interior de Morena hay un amplio debate al respecto, lo que “lo ha convertido en un partido activo”, donde se pueden apreciar posiciones diversas. Hay quien plantea que “quien sea la o el candidato debe ser de izquierda”; otro sector, pragmático, considera que al estar Harfuch adelante en las encuestas, debe ser él el postulante de Morena porque “garantiza” el triunfo en la jefatura de gobierno, y porque la clase media preferiría votar por él y no por Clara, además, suponen, “se recuperarían las alcaldías que se perdieron en el 2021”.
Cuando a García Harfuch se le pregunta “¿qué es ser de izquierda”?, responde: “defender los principios de la Cuarta Transformación con la lealtad”; “coincidir plenamente en los valores y en la ideología del presidente Andrés Manuel, de Morena”, al tiempo que reitera que está con Claudia Sheinbaum, lo que muestra que no tiene claro qué ha significado la izquierda en México, su historia, su lucha, su transformación.
Este debate se está dando también entre la clase media citadina; una conservadora, panista, que ve difícil, por lo que muestran hoy las encuestas, que la o el candidato del FAM no ganaría, por lo que suponen, dicen, “es mejor que llegue Harfuch que Brugada”, pues lo ven como la opción más cercana a sus intereses.
En la clase media de izquierda, se da otra discusión. A pesar de estar molesta por descalificativos del presidente López Obrador, al acusarlos de “aspiracionistas”, consideran que la candidata de Morena debe ser Clara, no sólo por su pasado militante en la izquierda social y partidaria, sino porque cuando gobernó Iztapalapa, lo hizo con un proyecto en favor de la gente, donde tuvo importantes resultados.
En Morena hay quienes temen que pudiera llegara a ganar la encuesta Harfuch y, ya en el gobierno, suceda lo mismo que ocurrió con Miguel Ángel Mancera que fue cooptado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, -en este caso por la derecha política y empresarial- amén de que no conciben que un “policía que trabajó para García Luna” sea el candidato Morenista.
Otros hablan de que sería una intolerancia impedir que Harfuch participe en la encuesta y que se le descalifique por el pasado de su abuelo y de su padre, pero el problema no es esto, sus negativos tiene que ver con su participación en la creación de la “verdad histórica” sobre la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa y su cercanía con Luis Cárdenas Palomino y Tomás Zerón De Lucio.
Otro de los análisis que está en el debate, son los resultados del 2021, donde Morena perdió la mitad de las alcaldías. Se ha concluido que el partido guinda no hizo lo que tenía que hacer, que se confiaron, pues unas 700 mil personas que habían votado en 2018 por AMLO, no lo hicieron esa vez, se quedaron en casa. Hay otro temor, si Harfuch es el candidato, un buen sector de la izquierda, en protesta, no saldría a sufragar; y hay quien prevé una “posible fractura, una división” de la izquierda.
Esta discusión inédita la han llevado al terreno público, más allá de las charlas de café, de oficina, de cantina, mediante el desplegado publicado el miércoles pasado en La Jornada, donde 38 personajes como Pablo Gómez, Elvira Concheiro, Elena Poniatowska, Dolores Heredia, Eugenia León, Marta Lamas, Berha Luján, Juan Villoro, Lorenzo Meyer, Olga Sánchez Cordero, Bruno Bichir, Enrique Semo, Horacio Franco, Hernán Gómez Bruera, Paco Ignacio Taibo II, Violeta Vázquez-Rojas, Humberto Musacchio, Sabina Berman, consideran que “para continuar la transformación, la ruta en la ciudad de México es clara”.
Han señalado: “La izquierda mexicana, como gran corriente de pensamiento y acción, tiene la tarea de reivindicar la trascendente obra del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, así como de aprovechar su larga experiencia y potenciar su formidable esfuerzo colectivo para ganar en las próximas elecciones y garantizar así la continuidad del proceso de transformación”.
Sin mencionar en ningún momento a Harfuch, concluyen: “…es momento de optar por Clara Brugada como coordinadora del gran nuevo esfuerzo de la 4T en la Ciudad de México. Es momento de elegir mujeres de izquierda, consecuentes, honestas, defensoras de los derechos del pueblo y verdaderas impulsoras de la transformación de México”.
Interesante, no cabe duda, este debate, esta querella argumentativa, discusión inédita que se agradece.
Que no le cuenten…
Sí, bien por la marcha de este domingo al #PoderJudicialNoSeToca. Sí, para que siga habiendo un poder judicial corrupto; sí para que continué un poder judicial de privilegios; sí, para que desde el poder judicial se siga operando para que los acaudalados, como Ricardo Salinas Pliego, no paguen impuestos; sí para que se les siga pagando comidas en restaurantes de lujo, la gasolina, para que sigamos costeando sus celulares, sus iPad, sus computadoras.
Sí, para que sigan percibiendo salarios de más de 297 mil pesos mensuales, seguro de gastos médicos para ministras, ministros y su familia por 30 millones , primas vacacionales por 95 mil pesos, pensión vitalicia y hasta pago de casetas, etc., etc., etc., etc….
Qué bueno que van a marchar, pues, como un compañero de la universidad me argumentó hace unos días: “lo que el presidente hace, es robar a los trabajadores del poder judicial”. Sí que marchen y protesten por esas “injusticias”.
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