Desde la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador, bajo las siglas de Morena, la oposición, llámese PAN, PRI o PRD, perdió la brújula, al grado de que ni con alianzas antinatura, han mantenido las posiciones estatales y municipales del 2018 a la fecha.
Hace cuatro años los partidos de la Alianza PAN-PRI-PRD gobernaban las 32 entidades de la República, hoy tras las elecciones del domingo pasado sólo mantendrán el gobierno en 8 estados. Dos de ellos, Estado de México y Coahuila, renovarán gubernatura en el 2023.
Para el 2024 Morena llegará con una gran fuerza en su poder, el Gobierno y el Congreso Federales bajo su mando; la mayoría de los estados bajo sus siglas al igual que Congresos estatales y ayuntamientos. Cabe aclarar que la estructura de Morena, frágil y con fisuras, no es la causa de las victorias sino la personalidad política y el arrastre popular del hombre de Macuspana.
Realmente la opción se quedó sin ideología, en un amasijo sin presencia, ni personajes políticos con fuerza real, lo que le ha significado perder y perder comicios. Para las elecciones presidenciales del 2024 falta ya muy poco y todos los analistas coinciden en que no hay figuras que pudieran contender con éxito en el próximo cambio presidencial.
Mención aparte merece Movimiento Ciudadano, el partido de Dante Delgado, que bajita la mano tiene el gobierno en los importantes estados de Jalisco y Nuevo León y cuenta con precandidatos, que, si bien pudieran no estar en condiciones de alcanzar el triunfo, sí le garantizarían un importante número de votos para mantenerse o incrementar posiciones en el Congreso Federal y gobiernos locales.
De esta forma el reto de Morena es mantener la unidad para ganar los gobiernos de Edomex y Coahuila el próximo año y presentarse como bloque invencible para el cambio sexenal. De los morenistas depende.
SUSURROS
Como se esperaba el presidente López Obrador decidió no ir a la llamada Cumbre de la Américas que se desarrollará en Los Ángeles, California, que inicia hoy.
Para Joe Biden fue un duro golpe la ausencia del presidente mexicano, pero no así la de México que participará con la presencia de Marcelo Ebrard, en su calidad de titular de SRE.
México ocupa un lugar importante en América, pero la ausencia de su presidente hará mella en la cumbre, sin llegar a fracturar las relaciones bilaterales por lo que ya se anuncia una próxima visita de AMLO a la Casa Blanca, el próximo mes de julio, para abordar temas cruciales como la migración, las relaciones comerciales y otros temas de incumbencia mutua.
