Que no le digan…
Este lunes 26 la alianza “Va por México” dará a conocer el método para elegir a su candidato o candidata presidencial que habrá de enfrentar a quien sea el o la represente del proyecto de la Cuarta Trasformación.
Las dirigencias del PRI, PAN y PRD no se han podido poner de acuerdo sobre cómo definir a su abanderado y, a decir de algunos integrantes de estos tres partidos, “los acuerdos se han dificultado por alguna u otra cosa, pues siempre aparece un pero”, han reconocido.
Hay que recordar que enero pasado la alianza opositora llegó a un acuerdo de que el PRI decidiría las candidaturas en Coahuila y el Estado de México, mientras que el PAN podría al candidato a la Presidencia de la República y a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
El panismo ha dicho que el candidato debe tener un perfil “competitivo”, “que pueda y quiera, no nada más ser aspirante, sino tener la posibilidad de ganar la Presidencia de la República”. Son al menos 25 aspirante que buscan que la derecha aliancista los postule. Hay panistas, priístas, perredistas e “independientes”.
El presidente nacional del PAN; Marko, el gris Cortés; ha dicho que cada uno o una de quien aspire deberá recaudar un millón de firmas ciudadanas como requisito para competir; que deben contar con un mínimo de conocimiento social, de intención de voto y el respaldo social de por lo menos el 1% de firmas de apoyo del padrón electoral en 17 entidades”.
El techo que propone es demasiado alto no sólo para los perredistas, partido que se ha convertido prácticamente en un membrete, ya casi sin militancia; la panista suma, si acaso, 350 mil afiliados; mientras que de la priísta, no se sabe cuántos le quedan.
Lo que es claro, ninguno, ninguna de quienes han levantado la mano es un verdadero líder al que la población siga; ni los mismos panistas, priístas o perredistas tiene a alguno de ellos o ellas, de manera particular, en sus ánimos; mientras que la ciudadanía que no comulga con Morena, está decepcionada de la alianza derechista y de los suspirantes.
La primera semana de mayo distintas organizaciones lanzaron la plataforma digital, “Las Netas” con la que se busca impulsar a un único candidato presidencial de la oposición. De 25 precandidatos que aparecen, seis son priístas, nueve panistas, dos perredistas, cuatro ya no militan en el PAN, uno renunció recientemente al PRI, un empresario, un dirigente de la ultra derecha y uno de Movimiento Ciudadano.
Su creador Alonso Carral, a quien en su cuenta de Twitter lo siguen tan solo 86 personas y sigue a 178, su influencia es prácticamente nula; se vende como un investigador y consultor egresado del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITAM).
A través de la plataforma, ha dicho, espera que los mexicanos se registren y emitan su voto entre aquellos candidatos que han manifestado su intención de aparecer en la boleta electoral para buscar ser candidato o candidata de la oposición a la Presidencia de la Republica.
En la plataforma no se puede ver cuántas personas han ingresado a votar, sólo se dan porcentajes, donde Enrique de la Madrid Cordero es quien más simpatías suma 28.06%, seguido de Beatriz Paredes con 20.66%, mientras que el panista con más aficiones es Damián Zepeda con 4.21%. En tanto, Gilberto Lozano de Frenaa 0.26% y Miguel Ángel Mancera registraba el 0.0%. (Revisado 23/06/2023).
Será este lunes cuando conozcamos, si PAN, PRI y PRD lograron ponerse de acuerdo en el método, cuando los precandidatos morenistas, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto, Gerardo Fernández Noroña, Ricardo Monreal y Manuel Velazco realizan por todo el país encuentros con la militancia morenista, petista y del verde en espera de la encuesta final.
La veintena oposicionista navega a la deriva, sin rumbo, sin un proyecto definido de gobierno, si acaso un discurso inconexo de lo que podría ser su ofrecimiento a la ciudadanía que la convenza de votar por ellos, pero más que un proyecto de gobierno, ofrecen nada en realidad; “ambiciones y mezquindades”; pero sí, sí prometen el mismo proyecto por el que en el 2018 la población los rechazó; el mismo por el que más de 33 millones de mexicanos votaron en su contra. De otra forma, a favor de la propuesta de la 4T.
Todos y cada uno, al final, son parte de un frente, de una menguada oposición sin identidad ideológica. ¿Qué son?: ¿De derecha? ¿De izquierda? ¿De centro? Son una oposición que, diría mi madre, “no emociona a nadie”. Allí está el Estado de México, donde por cierto cada partido “trabajó” por su lado, jaló por su cuenta.
Sí, no se ve, y lo saben, que entre ellos y ellas no hay uno o una que pueda vencer a la candidata o candidato de la 4T, sea cual sea, quienes sí tienen bien definido su proyecto: continuar la transformación lopezobradorista que a decir de las encuestas, la población está a favor de que prosiga este propósito.
La oposición no tiene un verdadero proyecto transformador, propone en realidad regresar al pasado. Van a la contienda con todo el tonelaje que representa el lastre que significa el PRI, el PAN y Los Chuchos o el “pésimo gerente” que resultó ser Claudio X. González que supuso a “Va por México” como una empresa propia, que piensa debe de operar bajo la lógica de la IP, como un gran negocio, al que llevó a la quiebra ya.
El hecho de que se hayan apuntado una veintena y un poco más; y ese poco más, me refiero a hijo del mal logrado candidato del PRI asesinado en marzo de 1994, quien fue llevado al “olimpo de los dioses” de la política sólo por el hecho de haber sido asesinado. El calificativo para referirse a él de “estadista”; de “hombre visionario”, es sólo demagogia de sus “viudas” que quedaron vivos. La sociedad no merecemos aún a este joven que tiene tiempo para demostrar que vale la pena. Hoy no.
La veintena y un poco más de los y las aspirantes sólo nos han mostrado sus sordideces y egoísmos sus incapacidades, secos de ideas, aunque sí, la del odio al presidente Andrés Manuel López Obrador, aunque lo acusen de generar odio; no son líderes ni siguen líderes, representan un a viejo sistema corrupto y corruptor; a un proyecto que enriqueció a unos cuantos y madreó al resto de los mexicanos.
Sí, las y los candidatos de la oposición no ofrecen nada que nos invite a desechar a la 4T, a arrepentirnos de haberles dado chance a los morenos, y pensemos regresar a cualquiera de los veinte a los a Los Pinos. Son la corrupción remasterizada, el pasado sin futuro: no son ni una ni otra cosa. Son algo así como “ni chicha ni limonada”, ni corchos ni latas.
Que no le cuenten…
Quién le puede rebatir a Marcelo Ebrard capacidades y cualidades; que es un político que convence. Nadie. Sin embargo, según muchas de las encuestas que hay de empresas confiables, desde hace muchos meses lo dan como perdedor. O sea, lo ponen en segundo lugar detrás de Claudia Sheinbaum. La semana pasada la ansiedad le ganó. Se le ocurrió anunciar la creación de la “Secretaria de la Cuarta Transformación”, y que uno de los hijos del Presidente iba ser su titular para asegurar la continuidad de proyecto transformador. Le fue como en feria. Se imaginó que con ello se iba a echar a la bolsa a los seguidores de AMLO. Diría el Chavo del 8: “Es que se le chispoteó”; aunque sí lo dijo “sin querer queriendo”. Claudia le ganó con una sola frase: “Continuidad sí, pero con sello propio”. Lo importante es que en la encuesta final los perdedores acepten que perdieron sin más espavientos.