A pesar de las acres y reiteradas críticas de la derecha y los partidos de oposición al obradorismo, el partido Morena mantiene las simpatías mayoritarias de acuerdo con todas las encuestas.
En ese marco se proyectan las elecciones de 2024 para la presidencia de la República, el congreso Federal y nueve gobiernos de entidades federativas, amén de la renovación de Congresos locales en 31 estados y elecciones municipales en 25 de ellos.
Los gobiernos en disputa son, la apetitosa Ciudad de México, Jalisco, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Yucatán, Tabasco, Chiapas y Morelos, en los cuales hay demasiados tiradores, a pesar de que aún no se ha dado el banderazo de salida a los precandidatos o precandidatas de Morena ni a la oposición.
En ambos bandos se espera la definición de quién será su abanderado para la silla presidencial y de ahí se deriven los apoyos políticos para alguno o alguna de los apuntados.
Otro elemento por dilucidar será el de género, pues habrá que elegirse a, cuando menos, cinco mujeres como candidatas oficiales y ello complica la designación.
En el caso de Morena, la definición adelantada del candidato o candidata esperado para la primera semana de septiembre próximo dará como resultado también la lucha por las gubernaturas en las cuales actualmente están cinco en manos de Morena: Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Tabasco y Chiapas; dos en manos el PAN: Yucatán y Guanajuato; Jalisco en poder de Movimiento Ciudadano y Morelos con el partido Encuentro Social pero manejado por Morena.
El partido en el gobierno busca ganar en Jalisco y Guanajuato, además de mantener el resto de esos gobiernos, solo Yucatán se ve perdido.
En próximas entregas analizaremos quiénes son los prospectos más sólidos en cada una de estas entidades, tanto por Morena como por la oposición, y sus posibilidades.
SUSURROS
La señora equis merece un tache, esto es, doble X, por pretender engañar a la gente con posiciones de izquierda cuando representa a la extrema derecha y sus afanes enriquecedores a costa del empobrecimiento mayoritario, como sucedió a lo largo de todo el periodo neoliberal.
Xóchitl Gálvez ha despertado curiosidad en algunos por ese disfraz de indígena y de presumir un falso origen de pobreza, sin embargo, poco a poco se le pone al descubierto con sus nexos con Vicente Fox, y Claudio X González con sus actos de corrupción develados recientemente.
Una campaña legítima para ella sería exponer lo que realmente quiere como gobierno y que la gente decidiera. Ser de derecha no es delito, aunque sí son minoría quienes así piensan. Presentar los proyectos políticos ideológicos reales sería lo realmente positivo.
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