La Reforma Judicial propuesta por el presidente López Obrador y respaldada por la virtual candidata electa Claudia Sheinbaum Pardo avanza con el respaldo de tres encuestas en las que la mayoría de los mexicanos se pronuncian a favor de la elección por voto popular de juezas, jueces, magistradas, magistrados, ministras y ministros de la Corte.
Como era de esperarse, los resultados de los sondeos de Enkoll, De la Heras y la Comisión de Encuestas de Morena superaron las dos terceras partes de respaldo entre los encuestados para proceder a la reforma constitucional del Poder Judicial Federal.
La reforma va, y ya nadie pone en duda su aprobación, aunque podrían haber ajustes, enmiendas o cambios en la iniciativa de ley en discusión en las Cámaras de Diputados y Senadores. Mucha atención habrá que poner en estas modificaciones esperables, principalmente en las condiciones que se habrán de exigir para quienes aspiren a ser votadas o votados para alguno de estos cargos judiciales.
Es muy importante que a la nueva composición del Poder Judicial lleguen personas aptas, preparadas y con el conocimiento mínimo indispensable para convertirse en juzgadoras, y que sea la ley, y no otras condiciones, la que permita la resolución de las controversias.
Para esto, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados se reunirá en breve para revisar a detalle cómo se llevarán a cabo las mesas del Parlamento Abierto sobre esta iniciativa, de la que saldrá la nueva ley para aplicarse en unos meses, de acuerdo con la propia definición que se alcance.
La discusión y aprobación de la reforma deberá ser este mismo año, y su implementación para 2025.
SUSURROS
La debacle electoral que llevó a la desaparición del PRD y la abrupta caída del PRI tienen una misma causa: la traición de sus líderes a los principios ideológicos y políticos de ambas instituciones.
El PRD nació de la izquierda, de la fusión de movimientos y agrupaciones, desde el comunismo hasta la socialdemocracia, pero se separó de estos objetivos para convertirse en solo una pandilla de ruanes encabezados por “Los Chuchos,” que solo buscaron puestos y canonjías personales.
Lo mismo sucede con el PRI, un partido surgido de la revolución mexicana con principios eminentemente sociales que fueron dejados atrás por la imposición neoliberal de varios sexenios, desde Miguel de la Madrid hasta la fecha.
Estas tristes experiencias deben ser muy tomadas en cuenta por Morena para no repetir el error de alejarse de los principios, ideologías y plataforma política que le han dado hasta hoy un fuerte respaldo popular. ¡Atención!
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