El avasallador triunfo de Morena y sus aliados en los pasados comicios federales no sólo demostró que la gran mayoría de los ciudadanos está de acuerdo con las políticas sociales y económicas sostenidas hasta hoy, sino que también evidenció que la oposición está vacía, sin ideología ni propuesta.
La alianza entre el PAN y el PRI, al PRD ni contarlo, mostró en sí misma que estos partidos no aglutinaban importantes sectores sociales y sólo pretendían ir a la caza de incautos que votaran por ellos. Sin estructuras militantes, la oposición se mostró enana, pequeñita, ante una fuerza creciente de Morena. La pequeñez del Prian no se quedó en las elecciones sino que incluso se acrecentó ahora con el fracaso postelectoral.
En el PAN, Marko Cortés Mendoza abre un proceso electoral interno en el que todo quedará igual que antes. La corriente de Jorge Romero Herrera será la que seguramente quede al frente y nada nuevo ofrecerá a la ciudadanía. En el PRI las cosas parecen peor, con un Alejandro Moreno Cárdenas quien, quiérase o no, controla lo que queda del Revolucionario Institucional por encima de seudolíderes históricos, aunque todos buscan sólo lo mismo: posición, presupuesto y oscuras negociaciones.
Ni PAN ni PRI voltean la mirada a sus orígenes, de derecha el blanquiazul y de izquierda el tricolor, lo que quizás les pudiera permitir recuperar algo de la presencia perdida, pues al menos estuvieran ofreciendo una posición definida. Del otro partido, el MC, también autollamado oposicionista, menos hay que decir, pues la agrupación política propiedad de Dante Delgado Rannauro sólo sirve para sacar provecho personal frente a los círculos desorientados de ciudadanos que creen que el movimiento naranja tiene vida y posición política propias.
Saludable para el país sería contar con oposiciones legítimas que muestren y defiendan sus ideologías, sean cuales sean. Pero eso es demasiado soñar por ahora.
SUSURROS
La cuasi presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo ha dado a conocer la mayor parte de los integrantes de su gabinete y, en general, los nombres ya conocidos han dejado satisfechos a la mayoría de los analistas y público en general. Destaca sobremanera el nombramiento de Rosa Ícela Rodríguez Velázquez, quien ocupará la Secretaría de Gobernación, puesto para el que está más que preparada.
En la Ciudad de México, Rosa Ícela ha sido titular de tres secretarías: la de Desarrollo Social, la de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades, y la de Gobierno, esta última ya con Claudia Sheinbaum al frente de la capital del país. A nivel federal, estuvo a cargo de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero más allá de ello, ha manejado importantes proyectos y comisiones de parte del presidente López Obrador y de Claudia Sheinbaum, en los que ha demostrado su capacidad, eficiencia y lealtad. En la Secretaría de Gobernación tendrá un nuevo reto a partir del primero de octubre, del que seguro saldrá con buenos resultados, más que personales, para la nación.