El conteo de las actas distritales ha concluido y MORENA ha obtenido la mayoría de los votos. Ha recuperado alcaldías, asegurado un congreso mayoritario y mantiene la jefatura de Gobierno. La oposición tenía la expectativa de ganar la capital y convertirse en un contrapeso político frente a la presidencia, cuyo resultado desfavorable había anticipado desde hace algunos meses. Un triunfo en la Ciudad de México habría permitido a la oposición vanagloriarse durante seis años e imponer políticas neoliberales que le dieran base para buscar la presidencia en la próxima elección. Pero no fue así.
¿Qué sigue para el movimiento de la 4T en la Ciudad de México? Continúa la implementación de programas que han situado a la población en el centro de la política estatal. La administración anterior acertó al gobernar para las minorías, reconociendo que todos formamos parte de alguna. Ese sigue siendo el objetivo.
La novedad reside en cómo avanzar con la política social a través de estas minorías. Claudia Sheinbaum, siguiendo la filosofía obradorista de “primero los pobres”, encontró la forma de atender a las minorías que clamaban por atención del Gobierno de la Ciudad de México. La atención se centró en Iztapalapa, una alcaldía que había sido descuidada por las administraciones previas (Ebrard, Mancera) que priorizaron embellecer la ciudad en lugar de ayudar a la población.
Con Clara Brugada al frente de la jefatura delegacional, la población de Iztapalapa comenzó a vislumbrar un reencuentro con los tres niveles de gobierno. La vida en Iztapalapa cambió significativamente con la introducción de un sistema de transporte público mejorado, beneficiando a millones de personas. Aunque Ebrard introdujo la línea 12 del metro de Mixcoac a Tláhuac, una obra necesaria, no cumplió las expectativas debido a la necesidad de revisar el tramo elevado (mal reparado) durante meses y luego al colapso trágico que resultó en la muerte de 27 personas y decenas de heridos. Esto podría haber costado una elección, pero no fue así.
En la elección intermedia, la oposición logró una aceptación que desconcertó al movimiento de la 4T: la mitad de la capital se volcó a la oposición. Mientras unos mostraban caras largas, otros sonreían. La oposición confiaba en ganar la capital y la mayoría de las alcaldías en esta elección del 2024, pero no percibieron que más que un voto de castigo en la elección intermedia, fue un descuido de MORENA que confiaba en la popularidad de AMLO. El partido en el poder interpretó bien el diagnóstico y comenzó a remar contracorriente. Además de las obras públicas, el gobierno capitalino se dedicó a trabajar a nivel de calle.
Otro detalle que pasó desapercibido fue la actuación de la policía local, que pasó de ser un cuerpo represor a uno de contención. Sheinbaum apostó por la desaparición del odiado cuerpo de granaderos. El objetivo era y sigue siendo el respeto a la libre manifestación. Ahora, los golpes provenían primero de los “manifestantes”, claramente provocadores pagados por la oposición. Hay numerosos ejemplos con imágenes de manifestaciones de todo tipo. Ahora la queja no era sobre los golpes de la policía, sino sobre las enormes planchas de metal que protegen monumentos y edificios en la ruta de las marchas.
Ya estamos en los años 20 del siglo XXI, y muchas cosas han cambiado en la capital. Se vive un panorama diferente en toda la Ciudad de México. Poco a poco se ha transformado en una urbe con un lugar importante en el mundo, gracias al empuje de la población que ha luchado durante décadas. Las imposiciones autoritarias persisten, pero en menor medida, debido a la organización ciudadana en cada una de las miles de colonias, que han conformado un tejido social fuerte. El individuo dejó de vivir solo para convertirse en vecino. Las organizaciones vecinales se autodenominan.
En este sentido, se puede diferenciar claramente la inclinación del voto por colonia o sector en cada alcaldía. En Miguel Hidalgo, votan los vecinos de Pensil, Popotla, Observatorio, Santa Julia, Polanco y Las Lomas. Tres formas de vivir y ver el mundo.
Volviendo a la elección, el reto en cada proceso electoral aumenta su grado de dificultad y, en este nuevo periodo, las autoridades elegidas no la tendrán fácil porque la conciencia de la población ha crecido exponencialmente. Todos los habitantes de la Ciudad de México son conscientes de que tienen derechos, no solo obligaciones, y entre esos derechos está el de tener una vida digna para ellos y sus familias. “Es tiempo de mujeres”, clama Sheinbaum, y las mujeres lo saben, y todos lo sabemos. Una elección que alegra a muchos y entristece a otros, pero que, con el tiempo, los resultados para una vida que nos merecemos están a nuestro alcance. Esperemos que los resultados durante este mandato de Clara Brugada sean en beneficio de todos.