En los últimos tiempos y por el fútbol, se popularizó en el orbe una canción de origen chilango que nos da la pauta a lo mexicano: Cielito lindo.
La diversidad cultural en México posee un amplio espectro y se puede constatar, por ejemplo, por lo más conocido que es la comida. También se distingue por la diversidad tanto originaria como mestiza en el vestido y en un aspecto en que poco se repara y al mismo tiempo es de una gran diversidad es en la música, sobre todo la mestiza que nos da una visión de identidad muy sólida que se puede dividir en una paleta muy rica y muy bailable. Tan sólo dos ejemplos: el jarabe tapatío y la bamba veracruzana, que nos identifica de manera inmediata en el mundo.
En los últimos tiempos y por el fútbol, se popularizó en el orbe una canción de origen chilango que nos da la pauta a lo mexicano: Cielito lindo. Tan cantada para bien o para mal. Para el triunfo o la derrota. Para la alegría o el rechazo.
El autor de Cielito lindo es originario de Tulyehualco, en el suroriente de la Ciudad de México y población que se encuentra en las faldas de la Sierra Chihinautzin, donde se ubica el majestuoso Ajusco (3,930 msnm), pero su símbolo volcánico es el Teuhtli (2,710 msnm) y que tiene en toda su extensión, la tierra negra que da grandes resultados en la agricultura. De ahí, nace el verso “De la sierra morena vienen bajando…” y que le imprime fuerza a la composición al ubicarla en un lugar de la Ciudad y de México. Al final, una gran parte de la población mexicana es de piel morena y la mayoría tenemos los ojos de color café o negro. Eso nos da de inmediato una identidad con la composición literaria de la canción. Por otro lado, el “Canta y no llores, cielito lindo…” es parte de la idiosincrasia mexicana que nos hace sentir que las tristezas o las desgracias se superan con la visión optimista hacia el futuro. Poseemos lo que llamamos sabiduría popular y en una de esas consejas dice que “las penas con pan son menos”, lo que indica una conexión directa con la alegría por la vida.
Quirino Mendoza y Cortés (/1862-1957) es el creador de “Cielito lindo” que coloca a la Ciudad de México dentro de los emblemas musicales que tanto color, sonrisas y bailables nacionales se han esparcido por todos los continentes.
Aunque también hay datos significativos sobre Tulyehualco, como los son el famoso amaranto conocido más en su forma de dulce de alegría, que es una semilla con buena cantidad de proteínas, muy apreciada en toda la Ciudad de México. Y lo sorprendente es la plantación de olivo que se escapa totalmente de las condiciones climáticas del Mediterráneo y se da en esta pequeña región del Chilango. Ambos productos fueron prohibidos por los españoles durante la colonia al ser considerados, por un lado, como competencia al aceite de Olivia español y por el otro, al considerarse el amaranto -de aquí la denominación de “alegría”- como un excitante sexual. Hoy existe una feria anual, a finales de enero y principios de febrero, que se llama del “Amaranto y el olivo”, donde se comercializan los productos de ambas cosechas. El aceite cumple bastante como un agregado a la cocina local y de la Ciudad de México.
Así, tenemos que la canción mexicana de moda en el mundo tiene un origen del suroriente de la capital mexicana, lo cual es bueno saber y disfrutar aún más el famoso verso de que debemos de cantar mientras podamos hacerlo con toda la alegría que brote de nuestro corazón.
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