Movimiento Ciudadano, la opción anaranjada, ha permanecido en gran medida en las sombras debido a la opacidad que rodea sus procesos de elección de representantes.
Un partido político que ha afianzado su posición en los estados de Jalisco y Nuevo León, y que actualmente concentra su influencia y apoyo social en estas zonas.
El fundador del partido, Dante Delgado, no cuestiona su posición. Ha permanecido al mando del movimiento desde su fundación en el ya lejano 1 de agosto de 1999, cuando se llamó Convergencia por la Democracia, sin ceder la dirección desde entonces.
El proceso mediante el cual definirán su candidatura para competir por la Silla Grande en contra de Morena y el Frente Amplio carece de claridad. Además, cabe destacar que el eterno Dante se ha negado a establecer una alianza con el actual Frente liderado por Claudio X. González.
Delgado ha mencionado que tiene dos opciones en mente, aunque no debería sorprendernos si en un momento inesperado presenta una tercera alternativa, incluyéndose a sí mismo como candidato a la presidencia de la República.
Las demás expectativas se derivan de dos factores, uno de origen interno y otro de índole externa, tal como lo ha explicado el perpetuo líder de Movimiento Ciudadano: “melón o sandía“, es decir, Samuel García o Marcelo Ebrard. Estas son las cartas fuertes que se perfilan como posibles representantes del partido naranja.
Samuel García, el gobernador con licencia de Nuevo León, ha tomado un receso en su cargo mientras se resuelve quién será el elegido para figurar en la boleta electoral. Militante del movimiento, es el as al interior del partido.
Por su parte, Marcelo Ebrard, el excanciller, quedó rezagado en la encuesta interna de Morena, donde fue superado por Claudia Sheinbaum, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México.
Marcelo se muestra renuente a ser etiquetado como el gran perdedor y está inmerso en un proceso mediante el cual solicitó la repetición de la encuesta de Morena, ya que no le favoreció el resultado.
Quizás por esta razón, le insta a Dante Delgado a que sea elegido sin necesidad de un proceso al interior de Movimiento Ciudadano. ¿Será que Marcelo teme volver a perder? Pronto lo sabremos. La posibilidad de que abandone Morena para regresar a militar en Movimiento Ciudadano también está en el aire y está por verse.
Recordemos que Ebrard fue miembro del partido naranja; en 2015, buscó una diputación federal con este movimiento. No obstante, su candidatura fue anulada por el Tribunal Electoral, debido a que el exjefe de Gobierno de la capital fue acusado de violar la ley electoral al participar en el proceso de selección de candidatos de dos partidos, el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano.
Por otro lado, en el extremo opuesto del espectro, tenemos a un joven Samuel García, quien ha abogado porque la candidatura se defina a través de una encuesta a los partidarios del movimiento.
Samuel quiere estar en la contienda, a pesar de haber comprometido su palabra y, durante su campaña para gobernador de Nuevo León, prometer que no abandonaría su cargo, pues deseaba cumplir el mandato completo de seis años en su estado natal.
Ambos han sido elogiados hasta por el mismo presidente de la República. Los dos quieren ponerse la misma camiseta. ¿Cuál sacara más jugo a esta naranja?
Desde el fondo del barril de lodo, le preguntamos, querido lector: ¿será que los ciudadanos tendrán la última palabra en la candidatura de este movimiento, o presenciaremos una elección, al igual que en el ámbito empresarial, donde una cúpula política designe a su representante, tal como ocurrió con Xóchitl Gálvez en el Frente Amplio?