Desde hace varios años se ha utilizado en el ámbito político electoral la expresión de contar con piso parejo en las contiendas comiciales, pero en política nada es realmente parejo, menos aun cuando dos o más personas o grupos aspiran por una postulación.
Las luchas electorales son el esfuerzo de los candidatos o aspirantes a serlo, de obtener simpatías populares que se traduzcan en votos para lograr el triunfo en las urnas, y para ello se valen de todo lo que esté a su alcance de forma ética o no, licita y hasta ilícita.
A año y medio de las elecciones para presidente de la República los ánimos se encuentran desbordados, especialmente entre los aspirantes a convertirse en el o la candidata de morena, sabedores que hoy por hoy es el único partido que está en posibilidades de lograr el triunfo, de acuerdo con todos los sondeos de opinión hasta ahora conocidos.
El formar parte de un mismo partido no implica en estas circunstancias que no haya golpes bajos, trampas o cualquier otra acción que haga desbarrancar al o la rival, a pesar de todo saber que habrá un gran electorado en la persona de Andrés Manuel López Obrador.
Todos lo saben, pero todos buscan posicionarse por encima de la favorita que hasta este momento es Claudia Sheinbaum Pardo.
Este lunes en una encuesta dada a conocer por El Heraldo la jefa de Gobierno capta el 30.1 por ciento de las preferencias electorales, mientras que se concede el 22.6 para Marcelo Ebrard, el 16.3 para Adán Augusto López y el 10.7 para Ricardo Monreal.
Como en el programa televisivo del Rival Más Débil, parece que todos los grupos ajenos a Sheinbaum quieren desbarrancarla y argumentan la necesidad de piso parejo, para lograrlo debe quedar claro que la definición del postulado guinda por una encuesta no confirmaría la demanda de piso parejo, pues refregaría más la popularidad o simpatía hacia tal o cual aspirante y no necesariamente su definición político-ideológica con la que se va a gobernar.
Esto pasa siempre, y cualquier método de selección tendrá fallas, por lo que lo mejor para los morenistas sería contener sus ansías de novillero y no desviar su atención de sus actuales encomiendas, veremos.
SUSURROS
El disparejo piso se mostró también en Coahuila, donde Armando Guadiana, definido por morena como su candidato a la gubernatura, dejó tan sentido a Ricardo Mejía Verdeja que éste se lanzó por el partido del trabajo mientras que el Partido Verde postuló a Lenin Pérez Rivera, se esfumó la alianza.
En tanto el PRI, en el gobierno del estado, lleva a la candidatura juntamente con el PAN y PRD a Manolo Jiménez Salinas, quien así lleva todas las ventajas para mantener bajo el dominio tricolor el gobierno del estado. En la contienda tampoco se observa piso parejo.
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