Sin tapujos, la secretaria de Relaciones Exteriores en México, Alicia Bárcena, advirtió ante la Asamblea General de la ONU, que la crisis migratoria en el mundo no se resolverá sin un cambio de paradigma en el desarrollo que permita reducir el poder y la riqueza, reduzca brechas y asimetrías inaceptables entre ricos y pobres, y entre los países.
Y en efecto, ese es el quid del asunto: la pobreza, la desigualdad y el rezago social, de otra forma las naciones ricas como Estados Unidos o las europeas pagarán los costos de una migración descontrolada, anárquica y hasta con riesgos de violencia.
Por ello, lo dicho por Bárcena, debe atenderse, los países en el mundo deberán escalar sus modelos políticos y económicos para reducir las desigualdades entre fronteras, a fin de atender, con una perspectiva global, fenómenos como la creciente migración, violencia, la crisis climática y la pobreza.
Esta tesis queda reforzada con un reciente informe de la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos que establece que el éxodo migrante se encuentra en una etapa sin control, con un crecimiento de crisis humanitaria y migratoria sin precedentes.
Este estudio revela que en agosto pasado fueron detenidos en la frontera de México la friolera de 232 mil 972 migrantes y que las personas reportadas fueron 49 mil 500 más que las de julio.
Queda claro que no hay muro, boyas flotantes o alambradas con púas que frenen las olas de ilegales migrantes a Estados Unidos y no habrá método coercitivo que lo impida.
Las corrientes migratorias, especialmente de Latinoamérica a Estados Unidos, de África a Europa o de Asia a todo el mundo, continuará sin freno por más esfuerzos que hagan los gobiernos, pues además de la necesidad social, el fenómeno se alimenta por las bandas de contrabandistas y mafias criminales transnacionales que explotan a los migrantes.
Sólo un cambio de modelo de desarrollo permitirá contener este peligroso, por donde se vea, fenómeno.
SUSURROS
La sorpresiva irrupción de Hugo López-Gatell, como aspirante a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, con el aval del presidente López Obrador, sólo deja en claro que la definición de quién será el candidato de la alianza Juntos Haremos Historia, no está definida.
Héctor De Mauleón, en reciente columna, revela que López-Gatell supera en niveles de conocimiento a los otros suspirantes, llámese Omar García Harfuch, Mario Delgado o Clara Brugada.
Al funcionario del Covid-19 lo conocen el 75 por ciento de los capitalinos, de los cuales el 37 por ciento tiene opinión positiva de él. A García Harfuch lo conocen 56 por ciento y lo acepta el 24 por ciento.
Incluso Mario Delgado es más conocido que el exjefe policiaco, con 59 por ciento, pero su opinión favorable está igual, en 24 por ciento. Y a Clara Brugada la conocen apenas 48 por ciento de la población de la Ciudad y tiene buena opinión de ella el 25 por ciento.
Estos números no son determinantes, pero sí cambian el panorama preelectoral. Ya veremos.
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