Como marca la liturgia política nacional, el pasado 1 de septiembre se entregó al Congreso de la Unión el V informe de Gobierno del presidente López Obrador, quien ofreció un mensaje a la Nación en Campeche, arropado con el respaldo de 23 gobiernos estatales, la mayoría de los legisladores federales y locales y las simpatías de más del 60 por ciento de la población del país, de acuerdo con las encuestas.
En tanto, en este, el llamado mes patrio, la oposición integrada en el Frente Amplio por México (FAM), presentó formalmente a quien los encabezará en la contienda electoral presidencial en puerta, pero sin el cobijo de la llamada sociedad civil, pues en el ángel de la independencia estuvieron sólo algunos miles llevados por los partidos PAN, PRI y PRD.
Para completar el cuadro, Morena y sus aliados, PT y PVEM, darán a conocer este miércoles el nombre de la Coordinadora Nacional para la Defensa de la 4T, porque nadie duda que será Claudia Sheinbaum Pardo, quien encabece el resultado de las encuestas.
La oligarquía ha centrado sus esperanzas en Xóchitl Gálvez, quien con un discurso engañoso quiere erigirse como defensora de causas populares, pero es claro que sólo representa al gran capital y a la derecha política representada por el PAN y el Yunque.
Muestra clara de lo anterior son los nombres conocidos de quienes están armando el programa de gobiernos que se ofrecerá en su campaña política electoral, como José Ángel Gurría Treviño, el conocido ángel de la Dependencia, en los regímenes de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, para posteriormente representar los intereses de los superricos en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que encabezó por 15 años.
Qué decir de Francisco Javier Cabeza de Vaca, prófugo de la justicia, a quien han encargado sus políticas de Seguridad Pública, o el expresidente Vicente Fox, quien no deja de promoverla y peor aún Ricardo Anaya Cortés, quien realmente mueve los hilos en Acción Nacional.
Así las cosas.
SUSURROS
La presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei Zavala, no está en todo lo cierto cuando afirma que al organismo a su cargo “no le atribuyamos costo, atribuyámosle valor social”.
La realidad es que el INE podría cumplir su función de garantizar elecciones limpias y transparentes, sin necesidad de erogar tantos recursos hasta convertirse en el Órgano Electoral más caro del mundo, con una demanda de presupuesto para 2024 de 23 mil 757 millones de pesos.
Los consejeros del INE se niegan a reducir sus elevados salarios y sus grandes prestaciones que corren a cargo de los contribuyentes, bien podrían hacer un esfuerzo y dar muestras de buena voluntad para cumplir con su función, ciertamente muy importante para la democracia del país.
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