En poco más de siete meses, México llevará a cabo los comicios más grandes de su historia con más de 19 mil cargos de elección popular en disputa, lo que significa aproximadamente 100 mil candidatos.
La definición de quienes serán los postulados por los partidos afines al Gobierno, o los de la oposición, genera una gran incertidumbre política hacia dentro de cada partido, especialmente en las zonas donde tienen posibilidades de triunfo.
El presidente de la República, 128 posiciones en el Senado, 500 curules en la Cámara de Diputados y 9 gobiernos de entidades Federativas son las principales posiciones en juego para el 2 de junio próximo.
Aún no se define oficialmente ninguna candidatura, lo que deberá suceder formalmente en los primeros tres meses de 2024, pero a nivel presidencial se conoce a las dos competidoras por las alianzas de partidos conocidas, Claudia Sheinbaum, por Morena, PT y PVEM; y Xóchitl Gálvez por el PAN, PRI y PRD, pero hasta que no cuenten con registro ante el INE no son más que aspirantes, lo que genera mucha inquietud entre los grupos de cada uno de los partidos mencionados, más aún cuando quieren poner o imponer a algunos de sus miembros para las nueve gubernaturas en juego: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Ciudad de México.
Jalisco es el único estado con posibilidad de ser ganado por el partido Movimiento Ciudadano, que controla el actual gobierno, aunque Morena lo peleará. Las ambiciones de grupo hacen temer divisiones en estos órganos políticos.
Igual sucede en los ocho gobiernos restantes por definirse en las selecciones del año entrante, porque son muy pocos lo que quieren disciplinarse a los métodos de selección interna, aun cuando no se conocen todavía, los desprendimientos políticos están ya presentes con cooptaciones, renuncias y otros métodos de pepena política.
Por todo ello, mantener la unidad es la mayor necesidad de todos los partidos porque pueden perder hasta posiciones que hoy se ven completamente seguras. Veremos.
SUSURROS
La llamada Cumbre de Palenque, que reunió a los mandatarios de México, Cuba, Venezuela, Columbia y Honduras y a representantes de otras cinco naciones de América Latina, deja en claro que son los problemas sociales, las carencias, las que genera la migración y por ende la crisis que hoy se vive y afecta principalmente a Estados Unidos.
Llamó mucho la atención que los países de izquierda estén a favor de apoyar la necesidad de Washington de frenar la migración, siempre y cuando se estimule la economía regional para generar progresos.
Difícil haber imaginado hace poco una reunión como la vista este domingo en Chiapas, habrá que estar atentos para ver la reacción del gobierno de Biden a este singular encuentro.
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