Es frecuente, sobre todo desde la oposición, escuchar que México está mal prácticamente en todo, sin embargo, es importante destacar que dentro del Grupo de los 20 (G-20), que integra a las más grandes naciones del planeta, nuestro país se ubica dentro del Top 5, medidos en crecimiento económico, de acuerdo a la Conferencia de Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Por ejemplo, el PIB nacional será mayor al promedio mundial, estimado en 2.4 por ciento para este 2023, mientras aquí se podrá alcanzar hasta el 3.5 por ciento de alza, más que lo pronosticado para Estados Unidos.
Además, entre las economías del mundo, México ocupa el lugar catorce y es la mayor de las naciones hispanoamericanas.
El primer lugar, obviamente, lo ocupa Estados Unidos, seguido por China, Japón, Alemania, e India, entre las primeras cinco.
La economía mexicana es más grande, en las mediciones del 2023, que la de España, Indonesia, Países Bajos, Arabia Saudita, Turquía o Suiza, que son las que le siguen para integrar el Top 20.
Incluso, los analistas estiman que México podría llegar hasta el lugar once en los próximos tres años si rebasa a Corea del Sur, Australia y Rusia, (algo no remoto) posición nada despreciable en el concierto mundial.
Todo esto no quiere decir que estemos en jauja, persisten riesgos y muchas desigualdades, pero las principales variables económicas señalan que se va por el buen camino si algo grave no acontece en el orbe o en el campo interno. Ojalá no.
SUSURROS
Buena la advertencia hecha por la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra, de que “no estamos entendiendo la profundidad de lo que implica el Nearshoring”, oportunidad de corto y mediano plazo que pudiera ser desaprovechada ante la competencia de otros países.
La Canciller Bárcena dejó en claro que, sí “no nos ponemos las pilas rápido, Vietnam puede convertirse en uno de los países más competitivos” con mayores incentivos para el inversor, entre otros.
México es un importante polo de atracción para las nuevas inversiones, pero también podrían llegar al mismo Estados Unidos o Canadá, con los beneficios del T-MEC.
No debemos dejar pasar esta oportunidad única e irrepetible, se cuenta con todo, pero habrá que clarificar y acelerar las políticas económicas de aprovechamiento del Nearshoring, no dejarlo a la inercia, como hasta ahora ha sido la captación de nuevos capitales. Veremos.
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