A toda edad y en cualquier circunstancia, un primer libro es la consumación de un largo camino que inicia con una idea o una serie de ideas que revoletean en la cabeza del escritor, hasta que éste se decide a domeñarlas y organizarlas, meditando y trabajando en un tono, atmósferas, personajes, temas, estructuras narrativas y demás pormenores quisquillosos propios de su relojería, lo que no es poca cosa. Sin embargo, un primer libro también es el ingreso al diálogo superior de las ideas que mueven y moldean el mundo de este momento.

Por otra parte, los escribas de cepa vieja dirían aquí que lo importante no es llegar primero, sino saber llegar, por lo que, en el mundo de la literatura como en toda vanidad bajo el sol, las primeras impresiones importan y el libro de cuentos Danza de las ánimas, de Mauricio Hinojosa Guerra, se lo ha tomado en serio.
Publicado bajo el sello independiente El Viaje y el Camino, Danza de las ánimas es una reunión de diez cuentos amalgamados no por un tema rector –como se suele estilar en este tipo libros–, sino por un efecto estético que logra sostenerse en cada una de las piezas –con la nitidez de una tesis bajo la mampara– y que afecta directamente la percepción inmediata del mundo alrededor del lector. Me refiero al efecto de disrupción de la realidad mediante la manifestación de tres formas de peculiares características, pero que en materia de estos diez cuentos no se excluyen. Estas son lo fantástico, lo maravilloso y lo extraño.
Como en toda opera prima, todo es significativo y si afirmo que el escritor se lo tomó en serio, es porque todos los cuentos están encabezados por epígrafes que, más allá de homenajear a parte de sus influencias, apuntan o hacen guiño a elementos importantes de cada narración.
Hinojosa abre su libro con el cuento “El de la estación de Qufu”, al amparo de uno de los maestros de la literatura fantástica del siglo XX, el argentino Jorge Luis Borges, y logra afrontar el reto con una historia corta y efectiva de un hombre que viaja a una remota ciudad china donde, accidentalmente, se le revela un misterio metafísico que cualquier lector de Borges podría ubicar como la materialización literaria de la memorable sentencia del cuento “Uqbar, Orbis Tertius”, y que reza: “los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres”. Sin embargo, Hinojosa se ha cuidado de revelar lo necesario para que la experiencia estética se vaya formando. Su primer cuento logra captar y mantener la atención del lector, introyectándolo a una primera experiencia donde sutilmente la capa de la realidad ha sido alterada, y con ella nuestra percepción.
Así, cada cuento logra llevarnos a una situación en la que paulatinamente el mundo deja de gozar de la lógica del sentido común, y poco a poco, o también de un jalón, el lector es arrojado a una realidad donde las leyes elementales han sido trastocadas de manera efectiva. Lo que era una simple historia, puede pasar a ser un cuadro absurdo del inconsciente acallado (“El de la boda”), una metáfora fantástica de libertad mediante la metamorfosis (“El del atún”), premoniciones maravillosas que rayan en la ciencia ficción y las posibilidades sobrehumanas (“El del portal” y “El de las olimpiadas”), así como una intuición ficcionalizada del más allá (“El de la hernia”), o una entrada al mundo de los muertos que revela las raíces con las que Mauricio Hinojosa salda su cuenta personal, su manera de ganarse un lugar en el altar del día del mañana (“Camino al Xantolo”).
Mención aparte merecen los cuentos “El de las escondidas” y “El del excusado”, pues en estas piezas encuentro el logro de los efectos estéticos de lo fantástico, lo extraño y la insinuación, éste último un recurso estético pocas veces utilizado con efectividad, y sin embargo, correctamente articulado en el final de “El de las escondidas”, donde el autor logra conectar con la emotividad mediante un secreto que el personaje principal sólo comparte con su hijo –un secreto más allá de la comprensión ordinaria del ser humano– y que sin embargo, a pesar de la magia, parece no tener efecto ante una realidad apabullante que sólo se insinúa al final, dejando al lector en una tensión dramática en que un secreto se sobrepone a otro.
Claro, por un momento la emoción me sobrepasa y soy injusto, pues esgrimo apuntes que son incomprensibles del todo para un lector que no ha tenido contacto con Danza de las ánimas, sin embargo, es notorio que nada o poco he revelado sobre la trama de los cuentos. No hace falta. Al contacto con el primer cuento, el lector se verá impelido a leer el otro, simplemente para comprobar si mantiene el mismo grado de tensión, si en éste como en el anterior se ha abierto la grieta que rompe a realidad, y así sucesivamente hasta la consumación del libro que puede dar la falsa sensación de transcurrir rápido. Sin embargo, más de uno de estos cuentos demandará una segunda, tercera o quizá más lecturas para comprender de qué manera y en qué momento la realidad se ha deformado hasta cuestionarla, mirarla con ojos asombrados y escépticos.
Como en todo, las historias de los primeros libros son entreveradas y guardan sus propias anécdotas de victorias y fracasos, sin embargo, una opera prima tiene por delante un mejor destino cuando el autor ha entregado a la editorial un libro del que está convencido y del que ha repasado una y otra vez los aspectos formales que la hacen una propuesta artística. Mauricio Hinojosa Guerra no ha escatimado en el esfuerzo e ingresa al diálogo literario con un libro que invoca la fantasía, lo maravilloso y lo extraño, para alterar las capas de una realidad de la que ingenuamente creemos tener certeza.

Mauricio Hinojosa Guerra (Monterrey, 1984). Maestro en administración de negocios por el Tec de Monterrey. Comerciante, padre de familia, apasionado de las montañas y sus aventuras. Publica con regularidad cuentos en la revista literaria El Siglo80miluno.
Sobre el autor de la reseña
Israel Rojas (1984) CDMX.
Licenciado en Letras Hispánicas por la UAM-I. Alumno del laboratorio de poesía del poeta Óscar Oliva. Ganador del Sexto Bazar de Horrores de Arcadia Fusión Cultural y Fóbica Fest 2022, con el cuento El lenguaje de la muerte. Editor en la editorial El Viaje y el camino y en Bilis Negra Ediciones. Autor de los libros: Península Hamartia (poesía), Descantar del Homo Dipsómano (poesía), La moneda está en el aire (narrativa) y Breve Mitología del fin de los tiempos (plaquette de poesía).