Por: Cristopher Escamilla Arrieta
Translúcido preámbulo de noche audaz: Tú, enfundada en una minifalda ajustada a mi deseo; yo, tu siervo capaz de reconstruir un universo incompleto.
Estalló tu risa en una nebulosa creciente que me maravilló con sus estelares destellos de alegría.
Esa sonrisa cautivó a la inmensidad.
Algunos chistes más, otros juegos de palabras fugaces. Lluvia interminable de meteoros que penetraron en nuestra atmósfera.
Resurgimos eternos en el cosmos, llenamos ese vacío oscuro, iluminamos planetas, viajamos más rápido que la luz y, en menos de ese instante, destruimos el caos.
Violentas partículas que interactuaron entre sí, fusión enérgica entre dos seres que apenas y se conocen.
Exploramos ese firmamento que nos devoró. Hoyo negro de emociones efímeras.
Ahora somos espacio de un infinito que se diluirá después de este encuentro nocturno.
José Donoso y el cine: A 100 años de su nacimiento
Con motivo del centenario del nacimiento del renombrado escritor chileno José Donoso (1924-1996), la Cátedra Extraordinaria Carlos Fuentes de Literatura...