Con miras a evocar su figura como hombre de carne y hueso, gobernante, combatiente, héroe e ícono contemporáneo, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), inauguró la exposición temporal Cuauhtémoc. Historia y memoria.
Al encabezar la apertura de la muestra en el Museo del Templo Mayor (MTM), el 12 de diciembre de 2024, el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, destacó la relevancia de este personaje, “cuyo destino le obligó a enfrentar, siempre de forma digna, acorde con la ética de un guerrero mexica-tlatelolca, sucesos que le hicieron ganarse un lugar en la memoria de las generaciones venideras”.
Acompañado por el investigador emérito del instituto, Eduardo Matos Moctezuma; la titular del MTM, Patricia Ledesma Bouchan, y el gerente de Comunicación y Reputación de Heineken México, Luis Herrerías García, el antropólogo encomió los afanes organizativos que permitieron reunir más de 30 piezas, entre objetos arqueológicos, históricos, etnográficos y artísticos, para reconstruir la vida, muerte y legado del tlatoani mexica, en la antesala de la conmemoración del medio milenio de su fallecimiento, el 28 de febrero de 2025.
“Cuauhtémoc es un símbolo de resistencia, patente en las comunidades indígenas que, en este siglo XXI, mantienen su lucha, ahora apoyados por la reciente reforma al artículo 2° constitucional, por la defensa de sus lenguas, formas de gobierno, tradiciones, creencias, modos de ser y de habitar sus territorios”, declaró.
En su intervención la arqueóloga Patricia Ledesma reconoció a las instituciones que facilitaron piezas de sus colecciones, o bien reproducciones de las mismas, para abordar a un individuo cuyo nombre reciben numerosas calles y escuelas, “que es dado por numerosos padres a sus hijos” y que está siempre presente en múltiples aspectos del arte y la cultura popular.
Agradeció a Heineken México por facilitar un collage, integrado por 160 etiquetas de una popular marca de cerveza, que evidencia la pervivencia de Cuauhtémoc en la memoria colectiva. A su vez, Luis Herrerías expresó su gratitud al INAH y al MTM por la oportunidad de contribuir a una instalación “que ejemplifica cómo el arte y la creatividad tienden puentes entre nuestra historia ancestral y el presente”.
Muestran la vida del ‘Águila que desciende’
Durante su participación en el acto inaugural, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma sintetizó los contenidos de la exposición, la cual, dijo, incorpora piezas nunca antes mostradas al público, como dos bajorrelieves con representaciones de águilas, localizados por el Proyecto Templo Mayor (PTM), en 2021.
El recorrido, expuso, inicia con el abordaje etimológico del nombre del jerarca. Así, una metáfora del ‘águila que desciende’ se hace a partir de los restos óseos de un ave rapaz macho localizada por el PTM en la Ofrenda 125 del Templo Mayor; de la escultura de un guerrero águila y del citado par de bajorrelieves.
El segundo módulo, de ocho en total, se dedica a la genealogía del personaje, quien fue hijo del tlatoani Ahuízotl y de Tiyacapatzin, a su vez descendiente directa de Moquíhuix, el último gobernante del Tlatelolco independiente.
Si bien, apuntó Matos, hay lagunas históricas sobre la infancia y los años formativos de Cuauhtémoc, esa etapa de su vida se toca en el tercer apartado, con lo que se conoce sobre la educación que recibían los nobles mexicas en el Calmécac.
El par de módulos posterior detalla lo ocurrido entre 1517 y 1521, cuando la llegada de Hernán Cortés a Tenochtitlan supuso una serie de alzamientos por parte de los vasallos de la Triple Alianza, la cual derivó en el asedio y la caída de los mexicas, cuyo último acto de resistencia tuvo lugar en Tlatelolco, al que siguió la tortura de Cuauhtémoc, a través del ‘fuego manso’, técnica hispana en la que se untaba aceite en los pies de la víctima, para luego exponerlos a las llamas y causar el derretimiento de su piel.
El sexto módulo aborda la expedición que organizó Cortés, en 1524, para conquistar el actual territorio de Honduras, y a la cual llevó a los gobernantes cautivos de Tenochtitlan y Tlacopan, por el temor de que, en su ausencia, pudieran organizar una rebelión en la naciente capital virreinal.
“Durante esta aventura que, por cierto, fue desastrosa, Cortés recibe informes de que Cuauhtémoc y su primo Tetlepanquetzal conjuraban en su contra, de manera que les interroga y, tras un corto juicio sumario, ordena que ambos sean ahorcados en algún punto de los actuales estados de Tabasco o Campeche”, explicó el investigador.
Los últimos dos módulos evocan la influencia que la figura de Cuauhtémoc tuvo en la época virreinal, así como en los siglos XIX y XX, cuando, por ejemplo, fue usado como un referente libertario por los ejércitos insurgentes que, como él, también luchaban en contra de fuerzas españolas.
Cuauhtémoc. Historia y memoria suma piezas del MTM, el PTM, de los museos nacionales de Historia (MNH), de Antropología (MNA) y de Arte, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, del Museo Soumaya y de Heineken México.
El guion curatorial contó con los aportes de Eduardo Matos y Patricia Ledesma; los titulares del MNH y del MNA, Salvador Rueda Smithers y Antonio Saborit García Peña, respectivamente, y de los académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, Miguel Pastrana Flores y María Castañeda de la Paz.
La instalación, la cual contará con un programa de conferencias que iniciará en enero de 2025 y un número temático en la revista Arqueología Mexicana, puede visitarse en el MTM (Seminario 8, Centro Histórico de la Ciudad de México) hasta el 27 de abril de 2025, con el boleto de ingreso a la Zona Arqueológica del Templo Mayor. Domingo entrada libre para público nacional y extranjeros residentes.
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