Sexo en el metro, sin riesgo
para los sexoservidores
Actualmente algunos sexoservidores utilizan los pasillos del Metro de la Ciudad de México para ofrecer sus servicios dado que consideran que es menos riesgoso que exponerse en la calle.
Luciendo escotes y minifaldas o pantalones entallados, travestis y mujeres --estas últimas con menor presencia-- aguardan en al menos cinco estaciones de la Línea 2 en espera de clientes.
Pese a que los pasillos del subterráneo están videovigilados, los propios trabajadores sexuales aseguran que han permanecido hasta siete horas continuas sin ser molestados por policías ni por jefes de estación. Si logran acordar una tarifa --que suele ir de los 100 a los 300 pesos--, atienden a los clientes en hoteles o cabinas de sex shops cercanos.
En la estación Hidalgo, se pueden ver hasta seis sexoservidores juntos a pocos metros de los agentes que custodian los torniquetes y a unos pasos del centro de monitoreo. En las estaciones Revolución, San Cosme, Normal y Ermita también se congregan.
La oferta de servicios sexuales comienza alrededor de las 15:00 horas y termina alrededor de las 22:00 aunque la mayoría de los usuarios del metro no se dan cuenta de que ahora en el sistema de transporte colectivo se puede conseguir sexo.
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