Recuerdan al compositor Julián
Carrillo en Bellas Artes
El compositor y violinista Julián Carrillo Trujillo (Ahualulco, San Luis Potosí, 28 de enero, 1875–Ciudad de México, 9 de septiembre, 1965), fue un hombre del siglo XIX que se vio afectado por los cambios epistémicos del siglo XX, quien supo que el arte en momentos de revolución política también tenía que ser revolucionaria, lo anterior fue una de las descripciones que se escucharon sobre el también director de orquesta en el Coloquio Julián Carrillo. Homenaje en su quincuagésimo aniversario luctuoso, organizado por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim).
Yael Bitrán Goren, directora del Cenidim, al inaugurar la tarde del 13 de octubre el coloquio en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, indicó que estudiar al compositor es una asignatura pendiente.
En el primer día de actividades del coloquio se realizaron siete ponencias divididas en dos mesas: Contextualizando a Julián Carrillo, con Juan Sebastián Lach, Samuel Larson, Luis Fernando Padrón-Briones y Aurelio Tello, e Introducción al estudio de la obra de Julián Carrillo, con Mariana Hijar, Manuel González y Eduardo Contreras Soto.
En conferencia magistral, Roman Brotbeck, musicólogo y crítico literario por la Universidad de Zúrich, se refirió a la vida de Julián Carrillo de forma cronológica, en la que habló de sus estancias en Nueva York y en Europa, así como el apoyo que recibió por el gobierno de Porfirio Díaz para estudiar en el extranjero.
Expuso que fue en 1917, a la edad de 42 años, cuando el compositor diseñó el llamado Sonido 13, el cual lo mantendría ocupado el resto de su vida y que se atrevió a publicar hasta 1923.
Por su parte, Mariana Hijar, quien ofreció la ponencia Cómo aproximarse al archivo Julián Carrillo, señaló que dicho archivo no sólo permite conocer la vida de un compositor, sino observar los momentos de transición y de inflexión que se vivieron a través del siglo XX.
Mientras que Eduardo Contreras Soto, quien habló de la fonografía de Julián Carrillo, expuso que es bueno que haya grabaciones de este creativo mexicano, pero sería mejor encontrar más, que las ya existentes se pudieran o hacer las que tuvieron un valor histórico y que merecen intérpretes nuevos, afirmando que no sería fácil grabar sus obras.
El coloquio cerrará con un concierto integrado por algunas de las obras del pionero del Sonido 13, como Plenilunio en Tepepan y Miércoles Santo; de los Seis preludios para piano, el preludio de la Suite impromptu para guitarra en cuartos de tono, el Capricho para viola, la cadenza del Capricho para corno y orquesta o el Vals en el lago para salterio, bandolón y guitarra.