Merengueros y volados,
dulce tradición
Esta dulce tradición proviene de las familias de antaño que se dedicaban a elaborar dulces típicos por la madrugada para salir a venderlos tempranito y durante todo el día por las calles de la Ciudad de México.
En el pasado, el merenguero jugaba con los niños de las escuelas sorteando con ellos los famosos “volados” de monedas al aire con la finalidad de conseguir una mejor venta; “Sencillo o doble”, era la invitación a jugar y a ganar dos merengues por el precio de uno o a pagar dos veces el mismo merengue ¡En caso de perder!
Apostar unas monedas era una divertida acción que te dejaba una sensación de engaño ya que el merenguero por raro que parezca ¡Siempre ganaba! pero los que perdían el volado, siempre se quedaban con un merengue en la mano…
Por otra parte, se dice que la historia del merengue tiene sus orígenes en una pastelería de un pueblito suizo llamado Meiringen -de ahí su nombre de merengue-, y su autor fue un pastelero italiano de apellido Gasparini.
Hay otras versiones, como aquella en donde un cocinero polaco preparaba los merengues para el rey de Polonia con una receta alemana.
Los merengues mexicanos llegaron con la cocina conventual virreinal y así las sencillas recetas se fueron transmitiendo entre la población de México que utilizaba ingredientes locales como el azúcar de caña, el piloncillo, las pastas de frutas y semillas para elaborar distintos dulces.
Estos merengues mexicanos se preparan como cualquier otro merengue, con claras de huevo y azúcar, pero para verse un poco más nacionales se les agrega un poco de pulque.