Las parteras atendieron los nacimientos de los mexicanos hasta la década de 1940, fecha en que incluso adquirieron especialización médica.
Redacción Visiónmx
Sin embargo, el sistema de salud mexicano poco a poco las fue relegando hasta prácticamente desaparecerlas.
Los datos más recientes colocan a México en el cuarto lugar a nivel mundial donde se realiza el mayor número de cesáreas. Una cirugía que en muchos casos resulta innecesaria, y deriva de prácticas de violencia obstétrica.
En México, las políticas públicas impusieron desde la década de los 50 que los partos fueran atendidos por médicos y enfermeras obstetras en centros de salud, diluyendo la labor de las parteras. Entre 2002 y 2004 se estableció que todos los nacimientos debían ocurrir en hospitales de segundo y tercer nivel, con el propósito de disminuir los índices de muerte materna.
Actualmente, 94.5 por ciento de los mexicanos nace en hospitales y la mayoría bajo procedimientos sobremedicalizados, ejemplo de ello es la tasa de cesáreas practicadas que ubica al país en el cuarto sitio a nivel mundial, un lugar menos deshonroso como el que se ocupó en 2013, cuando se lideró el ranking.
Así que parir deliberadamente en casa, auxiliada de una partera, representa una transgresión a diversos parámetros sociales y enfrenta a las mujeres a una serie de críticas y obstáculos.
Recientemente la asociación Parto Libre participó en la elaboración de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 007, publicada en abril de 2016, la cual estipula procedimientos para la atención de la mujer embarazada y el bebé durante la gestación, parto y posparto. En esta norma, por primera vez, se plantea una atención humanizada y de respeto al proceso del nacimiento.
23 de julio de 2018
![]() ![]() |