La hipoxifilia,
placer por asfixia
La hipoxifilia, también llamada asfixia sexual o asfixia erótica, es una práctica que busca privar al cerebro de oxigeno para incrementar el placer sexual. Se puede realizar acompañado o bien en pareja. Aunque es habitual dentro del mundo BDSM (bondage; disciplina y dominación; sumisión y sadismo; y masoquismo), hay que tener cuidado, ya que cuando la señal de placer llega al cerebro, esta puede hacernos perder la percepción del peligro.
Se trata de asfixiar literalmente mientras se recibe placer con el objetivo de sentir orgasmos mucho más intensos.
Algunos expertos en materia sexual consideran la hipoxifilia como una parafilia.
A medida que se acerca el estado de asfixia se supone que se incrementa la producción de endorfinas. No obstante, es una práctica muy riesgosa que puede acarrear la muerte. Y es que, justo en el instante del orgasmo es común que se pierda el control y la falta de oxígeno termine siendo fatal.
A pesar de que parezca algo novedoso, la hipoxifilia es un juego erótico que se lleva realizando desde hace siglos como una terapia contra la disfunción eréctil o la impotencia en los hombres. Aguantar la respiración durante la masturbación o el coito, al punto de desmayarse no es una práctica nueva sino un hábito muy popular en Asia y Alaska, que llegó a Europa por soldados franceses durante la Primera Guerra Mundial.
Este tipo de práctica suele presentarse más en hombres que en mujeres. La edad promedio es entre los 20 y 30. Además, se ha detectado que suelen presentarlo más individuos que no tienen pareja. De acuerdo con la revista Pediatrics le cuesta la vida a entre 1200 y 2050 personas cada año.