La Ciudad de México
y sus sonidos
En los tiempods de la Colonia, quienes se encargaban de informar a la población sobre los hechos más importantes del momento eran los pregoneros, personas que desde las calles y plazas principales anunciaban las noticias del día.
Después, con el surgimiento de los diarios y periódicos, estos pasaron a ser voceadores, es decir, los encargados de gritar las noticias que se publicaban en papel para que la gente las comprara. Esta forma de vender perduró hasta muy entrado el siglo XX, no solo en la Nueva España y México, sino en todas las megalópolis del mundo.
Los voceadores ahora son más silenciosos y se observan pasando entre los coches con el periódico en alto o en sus puestos de revistas. Sin embargo, si se tiene la suerte de pasar por una colonia en donde ocurrió un gran acontecimiento (casi siempre solo del interés para los colonos) todavía se puede escuchar la voz de algún pregonero raro en su especie.
Verdaderos sobrevivientes del tiempo son el silbido del afilador de cuchillos, la campana del carrito de helados o el potente sonido que anuncia la llegada de dulces camotes y plátanos fritos.
Tampoco se puede olvidar al ropavejero, el antecedente de la camioneta que ahora compra fierro viejo, pero que todavía podemos encontrar deambulando por algunas calles de la capital o recordar a través de la voz de Cri Cri: “El señor Tlacuache compra cachivaches, y para comprarlos suele pregonar: ‘¡botellas que vendan!, ¡zapatos usados!, ¡sombreros estropeados, pantalones remandados! Cambio, compro y vendo por igual”.
Pregones más modernos son los que anuncian a todo pulmón el gas y el agua en garrafón o el muy chilango “¡súbale, súbale hay lugares!” que se confunde, de vez, muy de vez en cuando con la melodía decreciente de una trompeta y unos tambores, o si estás en el Centro Histórico o en Coyoacán con el clásico e inconfundible acorde de los organilleros.
“¡Hay tamales oaxaqueños, tamales calientitos! ¡Pida sus ricos tamales oaxaqueños! ¡Ya llegaron sus ricos y deliciosos tamales oaxaqueños! ¡Acérquese y pida sus ricos tamales oaxaqueños!”, se puede escuchar a lo lejos desde cualquier punto de la Ciudad de México, alrededor de las 6 de la tarde y hasta entrada la noche.
Y no puede faltar la famosa grabación de “¡se compran colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que venda!”, con la voz de María del Mar Terrón, una joven de 19 años que vive con sus padres en la colonia San Lorenzo, en Chimalhuacán y que realizó la grabación cuando tenía 10 años.