Mario Luis Altuzar Suárez
Se siente el frio del miedo. Allí, en el ambiente se incuba el presagio. Presentimiento de que habita entre nosotros desde 1970. Y emerge con fuerza aterradora en 2006 sin que nadie se diese cuenta. Ha fortalecido su capacidad de engaño. Como estaba anunciado. Impone su línea de involución para conducir al odio fratricida.
Se cumple la sentencia apocalíptica: “Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió”.
Y la Revelación es directa: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón”.
Se nos había advertido: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”.
El que tenga ojos vea, el que tenga oídos, oiga. El 666 es visible. Y aquí está: Al sumare la fecha de su nacimiento, Andrés Manuel López Obrador, el 11 de noviembre de 1953 totaliza el número 24 que al reducir a un dígito es el 6.
Hay más: Las letras de su nombre suman 24 igual a 6 por reducción, sumándose las letras de los partidos postulantes: 30 de Movimiento Regeneración Nacional con 30 igual a 3, Partido Encuentro Social con 22 igual a 4 y Partido del Trabajo, 17 igual a 8, tenemos 15 igual a 6.
Es aterrador. ¡Fecha de nacimiento, nombre y partidos que le abanderan representan el 666!
Con el miedo que se siente frio, muy frio, en el ambiente, al leer la sentencia bíblica: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente”.
Y ahí está, en la línea de involución impuesta: Ofrecen canalizar el rencor social en la impunidad del anonimato. Reclutan a inconformes con sus propias limitaciones y ciegos de su potencial divino. Sin distingo de nivel académico: De ignorantes a doctorados.
Ocupan el nivel de simpatizantes con libertad de conciencia, para descender a la operatividad del supuesto chairo o pejeboots que es un secuestrador del derecho a disentir y pensar libremente de los que se resisten a ser robotizados.
Alcanzan el máximo esplendor de la cadena involutiva como pejezombie, al agredir a cualquiera que ose mancillar con una coma de crítica al que, hoy lo sabemos bien, es la bestia apocalíptica.
No hicimos caso. Tenemos Responsabilidad. En tantos años sin hacer nada. Emergió en 1970. Fue visualizado desde el año 64 al 95 por San Juan el destino que sueñan imponer: “y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”.
Llegado es el momento, entonces, de asumir lo que somos: Hijos del Hombre y enfrentar a la oscuridad y de iluminar al mundo con el cántico de los 144 mil de túnica blanca, porque “en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios”.
De mi parte, ante este presagio infausto, “oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”.
https://losequidistantes.blogspot.mx/2018/03/en-la-edicion-de-los-equidistantes-del.html
7 de marzo de 2018