El temazcal, el ritual
ancestral terapéutico
El Temazcal es un baño prehispánico que se generalizó entre las culturas de Mesoamérica y cuyos vestigios más antiguos se hallan en las zonas arqueológicas de Palenque en México y Piedras Negras en Guatemala, aunque sus orígenes podrían ser más remotos :
Su uso a través de la historia ha sido tanto terapéutico como ritual y ceremonial y su práctica sobrevive en la actualidad gracias a la tradición oral de las distintas comunidades indígenas de México.
Su nombre de raíz nahua significa casa de vapor (Temaz - vapor, calli-casa ). Técnicamente el temazcal sigue el mismo principio que el del baño Finlandés: es una estructura cerrada de pequeñas dimensiones en la cuál se introducen piedras porosas previamente calentadas al rojo vivo.
Sin embargo un primer elemento resalta para darle identidad propia al baño mexicano: en él, no se vierte agua sobre las piedras para producir el vapor sino una infusión de plantas medicinales. El vapor es manejado, dirigido y aprovechado gracias a la utilización de un ramo frondoso de plantas frescas con el que se abanica.
Hoy en día se conocen y utilizan estructuras provisionales hechas con varas y hojas, o pieles o mantas, conocidas como Toritos, que bien pudieron ser la fuente de ésta práctica y se utilizan para el baño cermonial o guerrero, que sirve para templar espiritus fogosos. También existen los terapeuticos que se realizan en construcciones fijas de piedra o ladrillo generalmente un poco mas comodos y se utilizan para curar, aliviar o restablecer una convalecencia como la gravides del parto.
Es una experiencia que debe ser conducida por un guía (temazcalero, curandero o sudador) que va aplicando una serie de prácticas de índole terapéutica o ritual: masajes, hidroterapia, aromaterapia, cantos, visualizaciones, ejercicios de meditación y catarsis que sirven para orientar las emociones y dinámicas del grupo.