En busca de la
armonía interna
La gran mayoría de acciones que realizamos en nuestra vida están encaminadas a tener una vida feliz. Estudiamos para poder conseguir un buen trabajo, trabajamos para poder tener una buena posición económica y, por ende, tener una buena vida (tener una buena casa, un buen carro, un buen nivel adquisitivo, etc.), pensando que todo esto nos acercará cada vez más a la felicidad.
Pero resulta que va pasando el tiempo y, aunque logremos obtener todo lo que esperábamos, incluso una linda familia, por más que nos esforcemos, todavía nos sentimos lejos de la felicidad. ¿Qué nos sucedió? ¿En qué momento perdimos el camino? ¿Cuándo dejamos de perseguir la felicidad para empezar a perseguir solo su fantasma? Sin duda, contestar estas preguntas no resulta nada fácil en un principio, pero no hay que desesperarse, las respuestas se encuentran dentro de nosotros, solo están esperando que cambiemos un poco nuestra perspectiva para que podamos descubrirlas. En esta ocasión, el concepto clave que debemos invocar en nuestra búsqueda es la armonía interior.
¿En qué consiste la armonía interior? No debemos perseguir a la armonía interior; cuando la buscamos la estamos perdiendo. Lo que sí tenemos que hacer es eliminar las barreras –los deseos desordenados, las aversiones, las opiniones sesgadas– que impiden su aparición en nuestras vidas.
La práctica de la meditación permite alcanzar el equilibrio de todas las partes a través de la búsqueda interior consciente. En un principio puede resultar difícil integrar la mente con el alma para hacer de la vida algo equilibrado, beneficioso. Pero con la práctica se va logrando una mayor concentración y serenidad que llevan a la resolución de los conflictos internos. Con cada paso que se avanza, la integración es más notoria. De a poco, la práctica de técnicas de respiración o introspección, se vuelve tan necesaria todos los días como el dormir o el respirar.