El Tantra Femenino y
la Mujer Multiorgásmica
La superioridad sexual de la mujer con respecto al hombre es conocida desde siempre. Ésta es una de las causas por las que muchos hombres han tenido y tienen miedo de las mujeres, uno de los motivos por los que las culturas patriarcales hayan decido tenerlas bajo su control.
El Tao y el Tantra reconocen esta superioridad y, lejos de temerla, la exploran y apuestan por fomentarla. En el mundo actual, un hombre que quiera ser un buen amante y ame a su compañera, no solo no debe de asustarse de la capacidad sexual de su compañera sino que debe ayudar a que se despierte. Entonces descubrirá que tiene en casa y en la cama, a alguien realmente poderosa. En lo que se refiere al orgasmo femenino podemos distinguir varios tipos:
UNIORGASMO.- Son aquellas mujeres que durante la relación sexual experimentan un solo orgasmo muy parecido al varonil, del tipo estallido o explosión que libera y que es acompañada de contracciones musculares que duran apenas un segundo.
MULTIORGASMOS.- Cuando la mujer alcanza más de un orgasmo en un único coito. Suelen presentarse en picos o cumbres orgásmicas espaciadas por varios minutos entre sí. Teóricamente no hay límite en cuanto a su número, todo depende del día que se tenga y de la dedicación a ello por parte de su amante.
ORGASMOS SECUENCIALES.- Ésta clase de orgasmo es más rara porque parecen varios pero en realidad se trata de uno solo que se reparte en un flujo de varias cumbres seguidas y que pueden llegar a la docena. Esta capacidad multiorgásmica de la mujer es debida a que el tiempo que necesita tras un orgasmo para volver a excitarse es muy pequeño, lo que se llama el periodo refractario y que puede durar desde un minuto hasta no más de quince, mientras que el periodo refractario del hombre es mucho mayor, pudiendo estar entre casi media hora hasta varios días, depende de la edad, de sus ganas y su potencia sexual.
Hay que tener en cuenta también otra cosa: Tras el orgasmo las personas cambian momentáneamente su polaridad. Así, los hombres se tornan más femeninos y se hacen más pasivos mientras las mujeres se tornan más masculinas y, salvo que sus prejuicios o miedos se lo impidan, se tornan más activas. Con esto quiero decir que si una mujer, tras el orgasmo de su compañero se queda parada, frustrada y esperando, está desperdiciando sus capacidades, pues si toma la iniciativa y sigue estimulando a su compañero podrá conseguir que su periodo refractario disminuya y vuelva a sentirse lo suficientemente excitado para continuar con el juego amoroso; aunque esto, claro está, depende mucho de la fuerza sexual de la pareja, un papel más activo de la mujer le ayuda mucho. Éste es pues el primer requisito de una mujer que quiera ser multiorgásmica, no debe dejarlo solamente en manos de su compañero sino que ella misma debe tomar parte activa. Por lo tanto, una mujer que quiera ser multiorgásmica debe tener no solamente un cuerpo y una biología que lo haga posible sino también una forma de pensar y mentalidad que lo permita y fomente.