Cine porno en México;
una empresa difícil
La industria porno en México primordialmente gira alrededor de SexMex, la productora cinematográfica del país especializada en pornografía.
Dirigida por el ex seminarista y egresado de la Universidad de Guadalajara, Fernando Deira, SexMex intenta presentar películas pornográficas con mexicanos y para mexicanos.
Lo anterior no ha sido fácil, segun Deira, los prejuicios sociales son el mayor obstáculo en su labor de director, pues muchas de las actrices dejan de participar por miedo a que algún familiar o amigo las reconozca.
“Represento a la primera generación de artistas porno en México y me ha tocado ver este tipo de casos en los que son señalados y juzgados; somos los primeros que dimos el paso hacia adelante y nos tocó ser carne de cañón; hay quienes lo sobrepasan y llegan a ser como Nicky Ferrari, una tapatía que empezó con nosotros y ahora está triunfando en Los Ángeles”.
Fundador también de la Asociación Nacional de Artistas del Entretenimiento para Adultos, Deira intenta que se regule la producción de películas porno y se le asocie como una industria seria.
Mientras una chica delgada, con senos grandes y que sea del agrado del público puede ganar entre 15 mil y 20 mil pesos por una sesión, los hombres que participan sólo obtiene un diez por ciento. El modelo masculino ideal para este tipo de filmes es un hombre común, no musculoso ni con imagen de modelo, alguien que pueda demostrar que los varones promedio pueden tener sexo con una mujer hermosa.
Además de la falta de salas de cine, la pornografía mexicana enfrenta una guerra contra internet. Diera confirma que la gente en el país ya no va al cine porno porque prefiere ver películas desde la intimidad de su computadora.
México está cerca del porno pero lejos de proyectar el propio.