Antros Lésbicos: ¿Aburridos?
Los antros lésbicos normalmente suelen ser aburridos ya que, de acuerdo a varias blogueras lesbianas, es donde se liga menos.
Cuando entras por tercera semana consecutiva al mismo bar de lesbianas tienes la ya clásica sensación de deja vu. Allí están las mismas chicas, en el mismo lugar del bar, tomando las mismas copas y hablando con las mismas amigas. Nada ha cambiado. Nadie ha ligado.
Evidentemente hay leves variantes dependiendo de la ciudad pero la situación normal es desesperante, tanto, que las pocas lesbianas que se deciden a dar el primer paso. Por cultura, las mujeres girarán la cara con disimulo para que su objeto del deseo no se dé cuenta de que le gusta. El problema viene cuando ves que el otro bando actúa de la misma manera y que esa absurda situación puede perpetuarse hasta el fin de los tiempos.
Se sugieren dos soluciones clásicas: pedirte una copa bien cargada, hacer acopio de valentía y lanzarse al vacío por si hay suerte; o hacer algo menos doloroso, es decir, pedirle a un amigo gay que te acompañe esa noche para que empiece a hablar con la chica que te gusta, como por casualidad, para luego presentártela y tener, como mínimo, un punto de partida.
Por esta razón no es de extrañar ver parejas de lesbianas dejar agonizar sus relaciones más allá de lo que es sano. Sólo con recordar las dificultades para encontrar pareja, muchas se contentan con lo que tienen.
Como sea, el mercado lésbico se amplía continuamente y la demanda crece. En la Ciudad de México existen más de 100 establecimientos de este corte que se apoyan en la tecnología para atraer a nuevas clientes y mejorar sus servicios.
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